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domingo, 16 de octubre de 2011

"No hay que decirle nada, Le das la camiseta 10 y que juegue"

"No hay que decirle nada. Le das la camiseta con el número diez y que juegue". Así explicó Pep Guardiola cómo había resuelto la supuesta depresión de Leo Messi tras la derrota albiceleste en Venezuela. El argentino respondió con dos goles al Racing, 16 desde el inicio de la temporada con el Barça.

A Messi se le ve muy motivado en este inicio de temporada, dispuesto, otra vez más, a batir todos los récords: de goles y de títulos. A la sombra de la creatividad en la pizarra de Pep Guardiola, el entrenador que le sacó de la banda y que inventó para él una posición entrelíneas desde la que enloquece a los rivales, Messi ha empezado el curso incluso mejor que acabó el pasado.

Lleva el argentino 16 goles en los 12 partidos oficiales con el Barcelona. En Liga suma 10 (los dos últimos ante el Racing de Héctor Cúper) en ocho partidos; en �Champions� dos en dos partidos, en la Supercopa de España le marcó tres al Real Madrid en dos encuentros y en la Supercopa de Europa uno de los que sirvieron para levantar la Copa ante el Oporto.

La transformación de Messi desde la llegada de Guardiola al banquillo es evidente. Pep ha deconstruido a Leo. El argentino ya no es el fabuloso jugador que, arrancando desde la derecha, intentaba desarbolar al lateral y a las ayudas defensivas que se pusieran en su camino, ahora es un futbolista con más participación en el juego desde el centro, zona en la que se asocia con los principales genios del equipo: Xavi e Iniesta.

Su peso en el equipo es incuestionable, como también su liderazgo en el fútbol mundial. Ha conquistado dos balones de oro con 24 años, algo que nadie había logrado a su edad, y ha engordado su palmarés y el del Barça, especialmente desde la llegada de Guardiola.

Menos lesiones

Su calidad y su desequilibrio están íntimamente ligadas a su fortaleza física. Messi ya no se lesiona como antaño. Por ejemplo, en la última campaña de Frank Rijkaard en el Barça, el argentino sufrió dos lesiones similares (sendas roturas en el bíceps femoral de la pierna izquierda) que le apartaron 10 semanas del equipo. Desde que Guardiola se hizo cargo del equipo, esto también ha cambiado.

En la primera temporada de Pep (2008-09), Messi sufrió una única lesión muscular que le impidió jugar durante un mes, en la siguiente (2009-2010), el argentino estuvo fuera tres semanas por tres leves problemas físicos y en la pasada aún estuvo menos tiempo de baja. En la temporada 2010-2011, Messi se lesionó en el aductor derecho con Argentina (cuatro días de baja), sufrió una contusión en la rodilla ante el Sevilla (cinco) y la lesión más grave (una distensión del ligamento lateral interno y externo del tobillo) se la produjo a raíz de una entrada del atlético Tomas Ujfalusi que le supuso 10 días y dos partidos de baja.

Y matemáticamente, a más partidos jugados, más posibilidades de marcar goles. En la 2008-09, Messi consiguió 38 goles en los 51 partidos jugados; en la 2009-2010 fue capaz de anotar 47 en 53 partidos; en la pasada batió sus registros (53 goles en 55 partidos) y en la presente está dispuesto a acabar con su récord (16 goles en 12 partidos).

En total, Messi ha marcado 154 goles en los 171 partidos que le ha dirigido Guardiola. El argentino ya ha superado a Kubala (196 goles en partidos oficiales) y va descontando para convertirse en el máximo goleador de la historia moderna del club (César, 235), porque en la de siempre, los 357 goles en 357 partidos de Paulino Alcántara parecen inalcanzables para cualquiera.

El 3-0 ante el Racing deja otros datos igualmente bárbaros para el Barça, que suma 12 partidos consecutivos seguidos sin perder e iguala un récord que tenía desde la temporada 2009-2010. Con ese resultado, el Barça ya ha sumado 21 goles a favor (5,25 de promedio en Liga) y ninguno en contra en los cuatro partidos del campeonato disputados en el Camp Nou y es el líder (17 puntos) y el máximo goleador de Primera (26).

Los azulgranas cometieron cinco faltas durante todo el partido ante los cántabros, fueron capaces de completar 907 pases buenos (129 del rival) y hasta el cerebro del equipo, Xavi Hernández, se destapa como goleador: tres goles, su mejor inicio de siempre.

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