Algo impreciso y demasiado errático en la definición: el Lionel Messi de la selección argentina vistió durante una semana la camiseta del Barcelona en lo que hasta ahora sonaba a una historia de ciencia ficción, informó el portal informativo el diariodesevilla.com que cita a la agencia de noticias DPA.
El argentino protagonizó el sábado uno de sus partidos más pobres a lo largo de la temporada en el empate sin goles contra el Sevilla. Falló muchos pases en los últimos 20 metros, se mostró molesto y cerró su actuación con un penalti fallado en el tercer minuto de la prolongación.
Sumado a la gran cantidad de goles desperdiciados durante la victoria por 2-0 sobre el Viktoria Pilsen checo, en la Liga de Campeones, la Pulga vivió una semana de frustraciones personales que escasas veces había sufrido en el Barcelona.
"La gente no olvida lo que ha hecho por el Barça. Ha dado demasiadas alegrías a la gente. Sólo faltaría que no le admiraran", aseguró Pep Guardiola, respecto a la estrella de su equipo, después de la igualada ante el Sevilla en el Camp Nou.
La trayectoria de Messi en el club azulgrana es tan prolífica que la secuencia de dos partidos sin anotar y el penalti errado suenan a algo insólito.
El argentino aún continúa como máximo goleador de la Liga junto a Cristiano Ronaldo, con diez goles, lleva más goles que partidos jugados en la temporada (16 en 14 encuentros) y aún es el máximo asistente del Barcelona (7).
De hecho, con el penalti detenido por el héroe de la noche en el Camp Nou, el portero sevillista Javi Varas, la Pulga desperdició apenas su segunda pena máxima en 14 ejecutadas en el campeonato liguero.
"Sólo fallan los que tiran. Eso sí que es noticia: que Messi no consiga marcar un penalti y que el Barça no gane", explicó Daniel Alves.
Messi concretó ante el Sevilla una semana en la que se lo vio contrariado en las áreas rivales. Ya en el partido contra el Viktoria Pilsen, estrelló un tiro libre en el palo y luego lanzó una vaselina nuevamente a la madera tras realizar un slalon asombroso, dejando a cuatro rivales desparramados en el suelo.
Luego, el sábado, el argentino erró muchos pases entre líneas a sus compañeros, algo inusual en su funcionamiento dentro del Barcelona actual.
Así y todo, después de su actuación y del penalti fallado, que pudo haber significado la victoria y la defensa del liderato, el público presente del Camp Nou le regaló una nueva ovación a su estrella: "Meeessi, Meeessi", cantaron unánimemente.
"No podemos hablar de Leo. Siempre ayuda al equipo y siempre marca goles. Si le pasa esto, no pasa nada y nosotros debemos ayudarle a levantarse", aseguró Seydou Keita tras acabar el partido ante el Sevilla.
Por una vez, Messi pareció sentir que la camiseta número 10 azulgrana comenzó a teñirse de celeste y blanco. Suena, de momento, a un relato de ciencia ficción al que La Pulga podrá devolverle el realismo.
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