Busca lo que desees

domingo, 19 de enero de 2025

Mbappé guía al Real Madrid al liderato; 4-1 sobre Las Palmas

 Kylian Mbappé, con un doblete y un partido en el que estuvo omnipresente, guió al Real Madrid al primer puesto de LaLiga y se erigió en el líder de su equipo en ausencia de Vinícius Junior, por sanción, en una goleada ante la UD Las Palmas (4-1) que se gestó con la necesidad de remontar y acabó calmando las aguas tras una semana revuelta para el conjunto blanco.

26 segundos duró el 0-0 en el marcador del Santiago Bernabéu. El mismo que en sus 360º presumió de la llegada de los Miami Dolphins de la NFL, en un encuentro con fecha por anunciar, reflejó una noticia menos halagüeña para los madridistas: Las Palmas se adelantó en la primera jugada del partido.

Una buena conducción de Alberto Moleiro provocó caos en el costado derecho de la defensa del Real Madrid, Lucas Vázquez se quedó con dos rivales en el cambio de juego y cuando el balón volvió a su zona no vio la entrada de Fábio Silva, que marcó al conjunto blanco el gol más tempranero desde el 24 de septiembre de 2011, cuando Michu adelantó al Rayo Vallecano a los 14 segundos.

Pitos para el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, como ocurrió en Copa tras la goleada sufrida en la Supercopa de España, pero apareció Kylian Mbappé, por encima de todos, para solventar la papeleta. Para ser el líder del líder de LaLiga EA Sports.

El tanto encajado fue un acicate para el Real Madrid. Brahim Díaz mandó fuera un balón a puerta vacía en el segundo palo en el minuto 2. Ritmo trepidante de un partido del que se fue adueñando Mbappé, volando sobre el terreno de jueg,; con total libertad y atrayendo toda la atención.

Sin Vinícius Junior, cumpliendo su primer partido de sanción de los dos pendientes por su expulsión en Mestalla, Mbappé asumió el mando. Dijo Ancelotti el pasado miércoles que el equipo “tenía que aprovechar” el buen momento del francés, pero fue éste el que se puso al servicio del equipo.


Primero, se redimió desde los once metros. Mbappé falló los dos últimos penaltis que tiró, en Anfield y San Mamés, donde, reconoció, tocó “fondo”. Y contra la UD Las Palmas no falló. Engañó a Jasper Cillessen y puso el empate en el minuto 18 en un penalti claro a la par que innecesario de Sandro Ramírez, delantero, sobre Rodrygo Goes.


Y Mbappé entró en ebullición. Un centro suyo lo cabeceó arriba Lucas Vázquez, filtró un pase a Rodrygo y rozó el segundo en un disparo desde el costado izquierdo que sacó Cillessen. Le faltó ángulo al tiro, como se lamentó el propio Kylian en un gesto posterior.


Apretaba el Real Madrid con el juego volcado hacia la portería de Cillessen y en el minuto 33 llegó el tanto que culminó la remontada. Con Mbappé en el origen, un fuerte disparo lejano suyo lo despejó el guardameta visitante, lo recogió Lucas Vázquez y, esta vez sí, Brahim anotó a puerta vacía en el segundo palo.


Despejó los fantasmas el Real Madrid y Mbappé se encargó de dar tranquilidad a un Carlo Ancelotti que celebró cada gol con gran efusividad. Solo tres minutos más tarde del 2-1 llegó el tercero del conjunto blanco y el segundo de Kylian.

Rodrygo, muy activo durante el encuentro, le sirvió a Mbappé el balón en el centro del área y este le pegó de primeras para poner el 3-1 en el marcador. Una asociación que volvió a acabar en gol en el minuto 42, pero el colegiado, Alejandro Quintero González, lo anuló tras revisarlo en la pantalla del VAR por un fuera de juego previo de Mbappé.

En opinión del árbitro, Mbappé participó en la jugada, mientras que este y sus compañeros, incrédulos, defendían que, aunque partió de fuera de juego, no hizo nada por intervenir.

3-1 al descanso y susto solventado al ritmo de Mbappé para un Real Madrid que encarriló su vuelta al liderato. Esta vez, no como ocurriera tras ganar en Valencia, sin ningún partido más que sus perseguidores, el Atlético de Madrid, al que aventaja en dos puntos, y el Barcelona, en siete.

Segunda parte tranquila para el Real Madrid tras una semana de sobresaltos que le permitió cumplir otro objetivo: la vuelta de David Alaba 399 días después de una lesión de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.

Antes, hubo tiempo también para que Rodrygo completara su gran partido. Dos asistencias, penalti provocado y un gol, en el minuto 57, en una acción rápida en la que Mbappé filtró un pase a Fran García, este puso el balón atrás y el brasileño remató de primeras a placer.

Día redondo para Rodrygo y Mbappé en ausencia de Vinícius y aciago para una UD Las Palmas que llegó con la confianza de sacar un resultado positivo, apoyado en la victoria en casa del Barcelona y la buena imagen dada, a pesar de la derrota, en el Metropolitano.

Sin embargo se vio superada en el primer tiempo a pesar del gol tempranero y sin ninguna opción para meterse en el partido tras el descanso, encajando el tanto de Rodrygo y la expulsión por roja directa de Benito Ramírez en el minuto 64 por una acción en la que impactó con los tacos en el costado derecho de Lucas Vázquez.

En el minuto 76 llegó el momento del retorno de Alaba a los terrenos de juego, justo después del segundo tanto anulado por fuera de juego para el Real Madrid. El austriaco entró al campo en mitad de una gran ovación. El “fichaje” que ansiaba Ancelotti para una defensa en cuadro, y más aún estando pendiente de las molestias de Aurelien Tchouaméni en la pierna izquierda que le hicieron perderse el partido de este domingo.

Un partido decidido en el que Ancelotti dio minutos, además, a los canteranos Chema Andrés -centrocampista- y Lorenzo Aguado -lateral derecho-, quienes debutaron en Copa ante la Deportiva Minera, y en el que Fede Valverde marcó un golazo que fue anulado -el tercero para el Real Madrid- por un fuera de juego previo de Lucas Vázquez que precedió a un gran golpeo potente desde la frontal del uruguayo.


viernes, 17 de enero de 2025

El Real Madrid ganó al Celta en la prórroga y pasó a cuartos de la Copa del Rey

 El abandono del ostracismo de Endrick con un doblete en la prórroga apagó el incendio en el Santiago Bernabéu para dar el pase a cuartos de final de la Copa del Rey a un Real Madrid inseguro, que regaló dos tantos al Celta para desperdiciar su ventaja, antes de respirar aliviado sin cerrar aún sus heridas (5-2).

Afectado por una confianza desplomada, víctima de sus propios errores, cuando el Real Madrid se sintió vencedor y rebajó tensión, resucitó un partido sentenciado con dos regalos. Los tantos de Mbappé y Vinícius los igualaba el Celta tras un error de Camavinga y un exceso de confianza de Asencio. Un penalti inocente, reclamado antes de que se rompiese el partido tras un derribo de Lunin a Swedberg, provocaba una prórroga que se convirtió en la reivindicación de la figura del 9 realizada por Endrick.

Obligado a levantarse tras un nuevo golpe repleto de dureza del Barcelona con una segunda goleada, que en esta ocasión restó un título de la lista de siete a los que optaba el Real Madrid, la noche fría y el ambiente tenso del Santiago Bernabéu no invitó a alardes. Ganar debía ir asociado a una mejoría de la imagen por exigencia del madridismo. Como mínimo a mostrar otra actitud y aumentar el sacrificio.

El equilibrio, entiende Carlo Ancelotti, llega desde la voluntad defensiva de sus jugadores. No desde el sistema. No tocó el 4-3-3. Sí las piezas que lo integran aumentando presencia de jugadores con buen pie en el centro del campo. Ceballos y Modric dan mayor calidad a la posesión. Sin Bellingham, descansando de inicio en el banquillo, el Real Madrid no se rompió con cuatro delanteros.

No será hasta un duelo grande, como el derbi madrileño ante el Atlético de Madrid a inicios de febrero, cuando se vea si es sostenible el tridente o llega el cambio de dibujo tan demandado a Carlo. En el camino, entre sus seis cambios, ya cedió en una apuesta que pasó de recurso de urgencia a idea innegociable. Tchouaméni, tras salir en muchas fotos en los goles del Barcelona, abandonó el centro de la defensa y regresó al medio centro. Con los silbidos al gran señalado por la afición, mostró personalidad.

La tuvo el Celta en un buen arranque. Cómodo con balón, fiel a su personalidad. Aumentando el desasogiego del Bernabéu que esperaba una salida en tromba que no llegó. Con más dudas que certezas arrancó el Real Madrid. Cuando un desajuste defensivo permitió a Marcos Alonso, libre de marca, aparecer a un centro lateral en el segundo poste y a Starfelt estrellar su remate en la parte externa del poste.

El equipo de Giráldez le costó oler la sangre para ir a por una víctima herida. Fue reculando sin que su rival hiciese demasiado por encerrarlo en su terreno, acabando en un 5-4-1 bajo el que encontrarse con cierta seguridad a costa de rebajar su poder ofensivo. Y al Real Madrid le costó interpretarlo. Pese a dar velocidad al juego, carente de desborde. Con Tchouaméni, precisamente, protagonizando la primera ocasión con un potente disparo que sacó a córner como pudo Iván Villar.

La grada aplaudía la personalidad de Asencio, firme en labores defensivas que aparecía en área contraria para rematar un saque de esquina de Modric. El croata encontraba una vía de acceso donde nadie encontraba el pase. Brahim se topaba con las piernas salvadoras del portero del Celta que empezaba a sentir agobio, respirando cuando Mbappé leía mal la primera arrancada en un tres contra tres.

Precedió a la acción clave del partido. De un área a otra en segundos. Del derribo de Lunin a Swedberg a la rápida transición con definición al puro estilo Mbappé. En su carril preferido, cayendo a la izquierda con bicicleta y disparo arriba. En la primera ocasión que cogió desprevenida a la zaga viguesa y Villar se hizo pequeño en el palo que nunca debe ceder un portero en un disparo lateral. El lío estaba montado por un penalti no señalado y porque el VAR no corrigió la decisión del colegiado.

Y cuando en el arranque del segundo acto daba un paso al frente el Celta, le llegaba un duro castigo. Con Mbappé reclamando el liderazgo del equipo de Ancelotti, descolgándose de la zona del 9 para sacar de zona a un central, inventar un pase en largo a la aparición de Brahim que dejó de cara el mano a mano para que Vinícius definiera con facilidad el 2-0.

Todo parecía perdido para el Celta y con esa sensación en el cuerpo aumentó el riesgo, se levantó de la lona con un disparo pegado al poste de Fran Beltrán y esquivó la goleada para acabar apretando el partido en su último suspiro. Habían perdonado Mbappé, en dos ocasiones, y Brahim. La había sacado en línea de gol Starfelt tras la cuchara de 'Vini'. Incluso se había celebrado el tercero, de Güler tras regalo de Vinícius, antes de que se anulase desde el VAR.

Cuando el vuelo de Lunin para sacar arriba un gran disparo de Hugo Sotelo o la acción defensiva de Tchouaméni para corregir un error de Rüdiger que dejaba el gol en bandeja, fueron avisos que se convirtieron en realidad por un fallo grosero de Camavinga en inicio de jugada. Bamba marcaba a placer a siete minutos de un final que se estrechaba.

Con un Real Madrid escaso de confianza en bloque bajo, el nerviosismo de vuelta a la grada y un exceso de pundonor del mejor defensa del partido, Asencio, que midió mal y se llevó por delante en el minuto 90 a Bamba. El claro penal lo mandó a la red Marcos Alonso. Nacía un nuevo partido con una prórroga que castiga de minutos a un equipo que tiró por tierra dos tantos de ventaja en su estadio.

Tardó en salir del shock el conjunto madridista que tuvo más piernas que el rival en el tiempo extra. Una prórroga en la que volvió a pedir un penalti el Celta tras un disparo de Fer López que impactó en la mano de Rüdiger pero el colegiado señaló fuera juego, y que decidió Endrick en una noche que esperaba con ansiedad.

Con pocos minutos de Ancelotti para mostrar sus cualidades, el delantero brasileño se reivindicó con un zurdazo que decantó el duelo. Se giró con la portería en su mente y soltó un potente disparo que liberó al Real Madrid para acabar goleando. Con otro zapatazo para la colección de grandes goles de Fede Valverde y el doblete, de tacón, con calidad de Endrick.


sábado, 11 de enero de 2025

El Real Madrid y el Barcelona jugarán la final de la Supercopa de España, este domingo

 El Real Madrid y El Barcelona pugnarán este domingo por conquistar la Supercopa de España con el aliciente de que, además de ser el primer título del año, pondrá sobre el tapete del estadio King Abdullah a una constelación de estrellas de ambos bandos con una predicción incierta sobre el desenlace a tenor de cómo llegan ambos a la final.

Además del trofeo, el partido concede un botín en forma de victoria psicológica por la influencia que el resultado pueda tener en el rendimiento de los equipos en lo que resta de temporada en las distintas competiciones.

La final está repleta de alicientes, al estar garantizada la presencia de las principales figuras de ambos conjuntos, incluido Dani Olmo, después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) le otorgara la medida cautelar de poder ser inscrito de nuevo, al igual que Pau Víctor.

En el Real Madrid, el partido le llega con el depósito de confianza recargado después de estrenar el año líderes en LaLiga y de ver como sus galácticos están en un óptimo estado de forma, cada vez más compenetrados y con más acierto, al sumar el equipo 26 goles en los últimos ocho partidos, con un promedio superior a los tres tantos.

En particular Bellingham, con nueve goles en diez encuentros, y Mbappé, de quien Ancelotti certifica que ha empezado a ser el verdadero Kylian tras un comienzo de temporada titubeante.

También se presenta entonado Vinícius Júnior, aunque con la presión de nuevo sobre su comportamiento tras la expulsión en Valencia y los dos partidos de castigo que cumplirá en liga, así como lo acaecido con Pablo Maffeo en la semifinal ante el Mallorca.

Con Bellingham, Valverde y Tchouameni recuperados de los problemas con que acabaron el encuentro ante el Mallorca, Ancelotti solo tiene la duda de si volver a dar la manija del equipo al francés Camavinga o al croata Modric, recuperado de su proceso vírico.

En su reto mayúsculo de lograr siete títulos en la temporada, el Madrid afronta su tercer peldaño tras coleccionar la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental, aunque tiene el mal recuerdo del 0-4 que le endosó el equipo culé en liga a finales de octubre, donde los puntas blancas cayeron en la telaraña del fuera de juego tendida por Flick.

El preparador alemán tiene a su vez el objetivo imperante de zanjar la sequía de títulos del Barça que se remonta a la liga de 2023, y, de paso, buscar el componente psicológico que se le atribuye a la Supercopa, que la plantilla azulgrana coincide en que insuflaría un chute de moral para el resto de la temporada.

Hace dos ediciones, el Barca ganó el título con un recital (3-1) y luego se llevó el torneo liguero, una situación que se replicó el pasado año con el Real Madrid y la exhibición de Vinícius con su triplete (4-1), aderezada además con la Liga de Campeones.

Como Ancelotti, el Barça tiene operativas a sus piezas principales, entre ellos, Olmo, que podría ser la gran novedad del once en la mediapunta a costa de Gavi, si bien Flick ha alimentado la duda al elogiar el rendimiento del autor del primer gol ante el Athletic.

El otro interrogante es si el polaco Szczesny volverá a ocupar la portería en detrimento de Iñaki Peña, castigado en la semifinal por llegar tarde a una sesión de preparación.

El técnico alemán repetirá la misma línea defensiva, con Cubarsí e Iñigo Martínez, por lo que el uruguayo Ronald Araújo seguirá en el banquillo entre rumores sobre su salida del club, a pesar de que Flick ha expresado su deseo de que siga.

La pretensión del entrenador germano es mantener el estilo de juego con su esquema de 4-2-3-1, con la presión alta y transiciones rápidas apoyadas en el dulce estado de forma de Raphinha y la genialidad de Yamal.

Para deleite de los saudíes, la de mañana será la tercera final consecutiva de la Supercopa que disputan los dos grandes en Arabia Saudí en las cinco ediciones que ha organizado el torneo, por el que pagan 40 millones de euros a la Real Federación Española de Fútbol.

El futurista recinto King Abdullah espera ver casi completado su aforo de 62.000 espectadores, con la afición repartida, aunque, a tenor de lo visto en las semifinales, con una cierta mayoría a favor de los madridistas.

En caso de que al término de los 90 minutos haya empate, el título se dilucidaría en los penaltis, al aplicarse la nueva regla del torneo de que no hay prórroga con el fin de no sobregarcar de minutos a los jugadores.

De ganar el Madrid, igualaría a los culés con catorce títulos en el palmarés de la competición y elevaría su estadística de finales ganadas en las últimas tres temporadas, en las que ha jugado once y solo ha perdido una, precisamente la Supercopa de hace dos años.

- Alineaciones probables:

Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez, Tchouameni, Rüdiger, Mendy; Valverde, Camavinga, Bellingham; Rodrygo, Vinícius y Mbappé.

Barcelona: Szczesny; Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Balde; Casadó, Pedri; Lamine Yamal, Olmo, Raphinha; y Lewandowski.

Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño).

Estadio: King Abdullah de Yeda.

El Real Madrid y el Barcelona jugarán la final de la Supercopa de España, este domingo

domingo, 5 de enero de 2025

El Barça impide con contundencia otra sorpresa del Barbastro (4-0)

 El Barcelona, con dominio absoluto, impidió este sábado que se consumara otra sorpresa del Barbastro, del Segunda RFEF, en la Copa del Rey, al imponerse en terreno oscense por un contundente 0-4 en la eliminatoria a partido único de los dieciseisavos de final.

El equipo oscense, que ya la pasada temporada dejó KO al Almería cuando militaba en Primera División y que en esta dio buena cuenta del Espanyol en la anterior ronda, no pudo en esta ocasión volver a ejercer de 'matagigantes'.

El reto en esta ocasión parecía más utópico que nunca, algo que se acabó confirmando sobre el césped del Municipal barbastrense, y se repitió así la historia del pasado año en el que también ambos conjuntos se midieron en una cita copera y de la que igualmente salió indemne el equipo azulgrana aunque en aquella ocasión con más apuros.

El triunfo supuso la victoria número cien del preparador alemán Hansi Flick con su equipo y sirvió para comprobar la recuperación de Ronald Araujo, que volvió a los terrenos de juego tras seis meses de baja por la rotura del tendón del bíceps femoral izquierdo de la que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y que jugó todo el partido.

El conjunto catalán se hizo con el balón desde el inicio del encuentro ante un Barbastro replegado atrás con una línea de cinco defensas y que intentaba cerrar huecos.

El Barça movía el balón con demasiada lentitud por lo que los primeros minutos al conjunto oscense le daba tiempo de corregir posiciones aunque conforme fueron transcurriendo el encuentro los visitantes consiguieron acercarse a los dominios del meta Arnau Fábrega.


Moviendo el balón de lado a lado del campo el conjunto de Hansi Flick comenzó a tener superioridades en los costados desde donde colocaba centros al corazón el área que hacían sufrir a los locales, aunque se echaba de menos filtrar balones por el centro.


En el minuto 19, y tras un par de remates de cabeza previos en los minutos anteriores que no cogieron portería, Ronald Araujo en una semiplancha a bocajarro a punto estuvo de marcar pero el cancerbero local desvió a córner en una gran intervención de reflejos.

El saque de esquina consiguiente fue peinado por Araujo y remachado de cabeza por Eric García haciendo subir el primer tanto del partido al marcador.

En el minuto 30, y de nuevo en una acción de estrategia, en este caso una falta, el conjunto barcelónes aprovechó su superioridad aérea para poner el 0-2 en un cabezazo de Robert Lewandowski, resultado con el que se llegó al tiempo de refresco.

Si el Barbastro albergaba alguna esperanza de inquietar a su rival, ésta se desvaneció nada más regresar de vestuarios con el tercer tanto foráneo, obra de Lewandowski, que se llevó con el cuerpo un balón por veteranía ante su marcador para hacer doblete.

En el 55 una cesión hacia Arnau Fábrega no fue bien controlada por el guardameta del conjunto oscense lo que facilitó el cuarto tanto azulgrana, logrado por Pablo Torre, que había ido a la presión y se encontró con el error del portero.

Con la eliminatoria decidida el Barça bajó el pistón ligeramente y eso permitió al Barbastro salir en un par de ocasiones a la contra pero la zaga catalana, siempre bien situada, abortó las oportunidades aragonesas.


LaLiga y la RFEF rechazan reinscribir a Dani Olmo y Pau Víctor

 La Comisión de Seguimiento del Convenio de Coordinación LaLiga-RFEF (Real Federación Española de Fútbol), reunida este sábado, rechazó reinscribir a los jugadores del Barcelona Dani Olmo y Pau Víctor, según informaron ambas instituciones a través de un comunicado oficial conjunto.

Tanto LaLiga como la RFEF se reunieron para abordar la solicitud de visado previo y la tramitación de las licencias federativas de ambos jugadores cursadas por el Barcelona, que tras la resolución de los dos organismos no podrá contar con ninguno de los dos para la segunda vuelta del campeonato liguero.

"Habiendo sido solicitadas las licencias para los referidos jugadores por parte del FC Barcelona, tras análisis de la normativa federativa aplicable la Comisión de Seguimiento están de acuerdo en no conceder el visado previo, ni la licencia definitiva solicitada por el FC Barcelona para los jugadores D. Daniel Olmo Carvajal y D. Pau Víctor Delgado", afirma el citado comunicado.

LaLiga y la RFEF añaden que toman esa decisión "de acuerdo a la interpretación literal" de los artículos 130.2 y 141.5 del Reglamento General de la RFEF que impiden que un jugador cuya licencia se cancele, "pueda en el transcurso de la misma temporada, obtener la licencia en el mismo equipo del club al que ya estuviera vinculado".

Ese es el caso de Dani Olmo y de Pau Victor, que el 1 de enero de 2025 no aparecían en la relación de futbolistas inscritos por el Barcelona en la web oficial de LaLiga. Ambos fueron borrados porque el Barcelona, según aseguró la institución presidida por Javier Tebas, no cumplió con los requisitos de la normativa de control financiero.

Ello obligó al Barcelona a solicitar a la RFEF una nueva licencia bajo el argumento de "fuerza mayor", rechazado por el máximo ente del fútbol español.

En el caso de que finalmente el Barcelona, que podría apurar sus últimos recursos ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) o ante los tribunales ordinarios, no consiga inscribir a sus jugadores, tanto Dani Olmo como Pau Víctor, quedarían libres para poder jugar en cualquier otro equipo. 


viernes, 3 de enero de 2025

Bellingham y Modric ponen líder al Real Madrid con una remontada agónica en Mestalla

 Los goles de Luka Modric y Jude Bellingham salvaron este viernes al Real Madrid en Mestalla (1-2) en un partido que fue aplazado por la dana y en el que el Valencia se adelantó por medio de Hugo Duro, pero en el que los visitantes remontaron para ponerse líder de LaLiga EA Sports tras un penalti fallado de Bellingham, un gol anulado a Mbappé y una roja directa a Vinícius, que le dejó con diez.

El primer duelo del año 2025 llegaba a Mestalla cargado de alicientes. Un Valencia-Real Madrid nunca es un partido tranquilo, pero el de este viernes tenía de todo desde antes del pitido inicial con un homenaje al Real Madrid por su ayuda inestimable tras la dana y una manifestación fuera del estadio contra Peter Lim, máximo accionista local.

Antes del inicio, José Gayà entregó una lámina a Lucas Vázquez con la imagen del homenaje que preparó el club valenciano en su vuelta a la competición en el que la 'senyera' donada por el Real Madrid presidía Mestalla, mientras que unos miles valencianistas -entre dos y cinco mil pero mucho menos de los esperados- se quedaron fuera hasta el minuto 19 como rechazo a los dirigentes.

Sobre el césped, Carlos Corberán, que se estrenaba como técnico del Valencia, puso a tres centrales para hacer frente a un Real Madrid al que volvía Vinícius tras la sanción y que necesitaba una victoria para ser líder en solitario. O escalar en el descenso para los blanquinegros, o coronar la clasificación para los blancos. Esas eran las dos opciones.

El Real Madrid comenzó dominando y Valverde tan solo necesitó seis minutos para sacar su cañón. El charrúa apareció desde la segunda línea con su característico chut cargado de potencia, pero le salió algo centrado y Dimitrievski pudo quitárselo de encima.

Pese a su delicada situación, el Valencia supo responder rápido con una ocasión de Hugo Duro a la que Courtois reaccionó con unos grandes reflejos. Los valencianistas tenían claro el plan de partido y volcaban su ataque por la banda izquierda de Luis Rioja, que fue de quien nació esa primera ocasión para los locales.

Tras ese arreón, el Real Madrid volvió a hacerse con el balón con Vínicus y Bellingham muy inspirados, pero los dos se toparon con la férrea línea defensiva blanquinegra. Pese a su insultante edad, Tárrega, Mosquera y Yarek estuvieron seguros y, cuando los de Carlo Ancelotti lograban sortearles, allí estaba Dimitrievski.

El Valencia volvió a la carga y en el minuto 27 llegó el estallido de Mestalla. Courtois se hizo gigante con un paradón a Javi Guerra, pero la pelota quedó suelta y Hugo Duro la empujó a la red. El equipo de Corberán necesitó menos ocasiones que su rival para adelantarse y aguantó con un gran Dimitrievski que frenó con el pie un tiro de Vinícius, a quien Mestalla le cantó “balón de playa”, antes del descanso.

Tras el paso por vestuarios, el partido no tenía un claro dominador hasta que en el 53 Mbappé se internó en el área y forzó el penalti en el duelo con Tárrega. Bellingham se plantó frente al punto de penalti… y mandó el cuero al palo.

Mestalla enloqueció como hacía tiempo que no lo hacía, pero Mbappé silenció al centenario estadio con un gol que terminó anulado por un fuera de juego que volvió a encender a Mestalla. El asedio del Real Madrid era total, pero los de Corberán aguantaban. El Madrid lo intentaba, pero el Valencia se mantenía junto.

En el 76, tras un lance entre Dimitrievski y Vinicius en el que el portero le pedía que se levantase, el delantero brasileño agredió al macedonio y acabó expulsado como ya sucedió hace dos temporadas tras la revisión en el VAR. El “Vinícius, balón de playa” retumbó más alto que nunca, pero al equipo blanco nunca hay que darle por muerto.

Modric saltó al terreno de juego y a los cinco minutos marcó el empate con un sutil toque para superar a Dimitrievski por abajo. Con 1-1 en el marcador, Soto Grado añadió nueve minutos y el Real Madrid remontó gracias a un regalo de Guillamón en forma de pérdida tras un mal pase de Foulquier que Bellingham no desperdició. En el minuto 100, Luis Rioja estampó el balón en el larguero para buscar el empate para un Valencia que luchó hasta el final.