El Barcelona respondió con una goleada al Mallorca (5-0) después de dos jornadas con la pólvora mojada, y su estrella, el argentino Lionel Messi, volvió por sus fueros, con un partido notable y con un triplete de goles.
A falta de goles de la marca Messi en las últimas semanas, volvió a hablarse del argentino, quien solo atiende a su instinto y al fútbol, donde mejor se expresa. Una noche más, en el Camp Nou, el argentino lo bordó, con tres goles en la primera parte, con los que el Barça encarriló un nuevo triunfo.
El Barcelona volvió a plantear un partido atrevido, dejando a tres defensas (el brasileño Dani Alves, el argentino Javier Mascherano y el francés Eric Abidal), colocando a Messi por detrás de tres delanteros y con dos extremos inusuales, como fueron el brasileño Adriano y el joven Isaac Cuenca.
Por la banda derecha, la que ocupó el joven catalán, fue por donde el Barça empezó a volcar buena parte de su juego ofensivo, donde Cuenca acertó en los centros, con Alves atrás para ofrecerle opciones, igual que Messi, que se movió con total libertad por detrás de toda la ofensiva culé.
A pesar del esperado control del partido que se esperaba que ejerciese el Barcelona, fue Joao para el Mallorca quien en el minuto 6 tuvo en sus pies el primer gol del partido, que erró incomprensiblemente cuando recibió un centro franco pero remató fuera.
En el siguiente minuto, el Barça respondió, pero otra vez David Villa pecó de pleitesía a Messi, ya que el asturiano tuvo un disparo claro y optó por un pase que no esperaba el argentino. Villa no tuvo su noche, con errores clamorosos, como cuando se plantó solo en el 16 ante Aouate y le disparó al pecho. Acabó sustituido.
Messi, constante como es habitual, estuvo más certero esta noche en el pase y en la combinación con sus compañeros, por lo que se le vio más motivado y entero que en anteriores partidos, en los que vio cómo su trabajo tenía pocas recompensas, incluido el gol.
Después de que Cuenca enviase un nuevo centro envenenado al centro del área, sin encontrar rematador, en el 13 Messi también intentó un centro que Adriano retrasó de cabeza, pero encontró la mano de Nsue.
El penalti lo transformó Messi (1-0), quien se dirigió a la cámara para celebrar el tanto, contando con los dedos: 1, 2 y 3, casualmente el número de partidos que llevaba sin marcar. No obstante, como si fuese una premonición, acabarían siendo los tres tantos que marcó en la primera parte.
Después de anotar el tanto 130 en la Liga y quedarse solo a uno del mítico Ladislao Kubala, en el minuto 21 un nuevo centro de Cuenca encontró otra vez el remate de Adriano, esta vez bastante defectuoso y con el pie, y el balón acabó en los pies de Messi, que marcó el segundo tanto desde el centro del área (2-0).
El Barcelona, sin hacer un gran partido, y con un centro del campo sin Xavi (en la grada), Iniesta y Fàbregas (en el banquillo ambos), no tuvo ningún problema para controlar el encuentro, aunque sin ser tan incisivo en ataque.
Justo a la media hora, el Barça dejó sentenciado el partido con el tercer gol. Vino precedido de una gran jugada de Messi y un pase a Thiago, que se lió con otro pase cuando tenía un disparo claro. En el rechace, Alves envió el balón al centro del área donde Messi lo desvió para anotar su triplete (3-0).
El Mallorca evitó el cuarto poco después cuando Joao desde el suelo y con el portero batido tocó lo suficiente el balón para despejarlo tras un certero disparo de Adriano.
No se vio atisbo de reacción por parte del Mallorca en el segundo tiempo, que a pesar de los dos cambios (entraron Crespi y Zuiverllon por Ramis y Tissone) volvió a su estado de sumisión y a verlas venir.
En estas, el joven Isaac Cuenca recibió un balón dentro del área a los cuatro minutos, regateó al meta y marcó el cuarto gol (4-0) de la noche.
Fue la sentencia, por si al Mallorca le faltaba algún signo más de que nada podía hacer en este partido.
El Barça se dio un último festín, esta vez con los cambios que ordenó; acabó con un centro del campo integrado por Keita, Mascherano y Thiago, recuperó a Puyol y Piqué, que entraron en la segunda parte, y el conjunto azulgrana finalizó con dos extremos de la casa: Isaac Cuenca y el debutante Gerard Deulofeu.
La fiesta acabó con un golazo de Dani Alves, tras un durísimo disparo desde fuera del área, tras sacarse una falta en la que Messi fue cazado en el centro del campo.
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