Puede que José Mourinho tenga ya en el comedor de su casa la Champions de las ruedas de prensa, pero anoche Pep Guardiola demostró que es el campeón del mundo respetando a sus jugadores, a su Barça. Mientras el portugués (¿dónde estuvo ayer?) solo habla de él y sus títulos, Pep solo lo hace de ese maravilloso grupo de futbolistas que le han llevado a la segunda final de la Champions en tres años. Casi nada. Y ese veneración la quiso materializar a ojos de todo el Camp Nou y del mundo entero ordenando a su cuerpo técnico que hiciera el pasillo de honor a sus jugadores. Qué estampa tan maravillosa jamás vista antes. En esos detalles un equipo se convierte en leyenda.
No solo ordenó hacer el pasillo, sino que Pep se convirtió en maestro de ceremonias nada más terminar el duelo. Primero se desgañitó para hacer un coro en el centro del campo y luego dio el aviso a Xavi y Puyol para que, junto con todo el equipo, dieran la vuelta al estadio para aplaudir a la afición. Mientras eso sucedía, él se mantenía en el centro, con los ojos vidriosos, tratando de contener la emoción. Así es Guardiola.
«Llegar a otra final de la Champions en tres años es una proeza, un éxito absoluto. Hemos eliminado a un equipazo», dijo para televisión nada más terminar. «Esto se ha acabado. Por favor, dejarnos disfrutar hoy al menos», agregó cuando el locutor le preguntó por el gol anulado de Higuaín. «Mi gratitud es infinita para estos jugadores, me cuesta mucho decir lo que siento», dijo emocionado, liberado finalmente de tanta presión después de cuatro clásicos interminables.
RECUPERAR JUGADORES / «Han sido 20 días durísimos, de mucha presión y tensión. Jugar contra el Madrid desgasta mucho más que ante otros equipos. Ahora tendremos un par de días de reposo y luego prepararemos el partido ante el Espanyol para cerrar la Liga y empezar a recuperar gente para preparar bien la final de Wembley», añadió Guardiola pensando ya en la cita de Londres.
Preguntado por el error en el pase que propició el empate del Madrid, respondió que «el equipo ha de crecer y saber cuándo ha de salir jugando y cuándo no». Sin embargo, admitió que este es siempre el estilo del Barça, una filosofía que comporta riesgos pero que también posibilita hacer un fútbol que es reconocido y admirado en todo el mundo. «Jugando así el Madrid nos ha empatado, pero también así hemos marcado el primer gol».
EL PRESTIGIO / El técnico se felicitó por haber alcanzado otra final y por la trayectoria en Europa en el último lustro. «Ya somos un señor club, una señora institución por nuestra trayectoria en Europa en los últimos años», afirmó, feliz porque el fútbol, poco a poco, pone al Barça en el sitio que merece. «No hay equipo más trabajador y humilde que este. Después de ganar lo que ha ganado sigue compitiendo en todos los campos, nunca se queja... Es una maravilla». Así es el Barça de Guardiola, camino de Wembley, en busca de la cuarta Copa de Europa.
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