El partido del sábado entre el Barcelona español y el Manchester United inglés, minuto que pasa, es centro del comentario general de aficionados y no aficionados al fútbol que ha generado una expectativa inusitada
Dos clubes con vidas paralelas, de éxitos relativamente recientes, que pelean por hacerse un lugar en el olimpo de los monarcas de Europa más laureados de la historia.
Barcelona y Man U comparten muchas cosas. Mientras el Barsa ha desafiado en los últimos 20 años el tradicional dominio del Real Madrid en España, United ha hecho lo propio con el Liverpool en Inglaterra.
A nivel continental, también están igualados. Los dos suman tres Copas de Europa cada uno. El que salga airoso empatará con Ajax y Bayern Munich, con cuatro títulos cada uno, y les acercaría un poco más a los cinco de Liverpool, los siete del Milan y los nueve del indiscutible rey de Europa, el Madrid.
Ambos se juegan en Londres la posibilidad de ser parte de la selecta jerarquía europea.
Para el Barcelona, la cita de Wembley tiene un significado especial. En el viejo estadio de Wembley, el club español alzó en 1992 su primera Copa de Europa tras imponerse a la Sampdoria italiana 1-0. De la mano de Johan Cruyff y con un joven Pep Guardiola en el mediocampo, el Barsa rompió su historia de sinsabores en la máxima competición continental.
Pero lo cierto es que el Barsa dio un giro a su historia con aquella victoria. El equipo catalán suma 21 ligas en España, 11 de ellas desde 1990.
En Europa, el Barsa sufrió más de 20 años para volver a tocar el cielo, pero su carrera es meteórica en los últimos años.
La de Wembley es la tercera final para el Barsa en seis años, dos de ellas con Guardiola en el banquillo.
La historia de los Diablos Rojos guarda cierta similitud con la de su rival. Su último campeonato de liga, conquistado hace apenas dos semanas, fue el 19no de su historia, aunque 12 han sido ganados desde 1993. En Europa, United vivía de los recuerdos de la Copa de Europa lograda a mediados de los años 60 y del mal sinsabor del accidente aéreo de Munich, donde perdió la vida una generación de futbolistas llamados a hacer historia.
Manchester y Barcelona parten igualados en historia y palmarés y comparten la responsabilidad de seguir ganando títulos a nivel continental.
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