Leo Messi y Cristiano Ronaldo prolongaron el mano a mano estelar propuesto ya en la campaña pasada, avivados con números desorbitados y actuaciones memorables.
La 'Liga de las estrellas' fue más allá del particular duelo entre el último Balón de Oro y la próxima Bota de Oro.
Reconocimientos que subrayan el poder de dos futbolistas en otra dimensión. Superior. Y que acapararon la gran parte de la capacidad de asombro que generó el curso que culmina. Ambos representaron la encendida rivalidad que interpretaron los dos todopoderosos del fútbol español.
Messi comandó la prolongación del dominio del Barcelona. Líder de la Liga durante casi todo el curso, no se escondió en los momentos de espesura que padeció su equipo. Sobre todo en el tramo final.
Echó el cierre al curso con 34 goles en la Liga. Más de cincuenta entre todas las competiciones.
Ronaldo, por su parte, se resiste a vivir condenado en la sombra del argentino. Sin el brillo que otorgan los éxitos de su club, firma cifras de récord individual. Este curso ha superado al sudamericano en la faceta individual. Rompió el maleficio ante el Barcelona y dio a su equipo la Copa del Rey, el único éxito a nivel colectivo.
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