El portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo conquistó su tercer Balón de Oro, que le reconoce como el mejor jugador del mundo por segundo año consecutivo, para asaltar la historia y amenazar el dominio del argentino del Barcelona Lionel Messi.
Era un galardón esperado, un justo reconocimiento a un futbolista que ha dominado el 2014 con 56 goles en 51 partidos con el Real Madrid, referente máximo de un equipo que conquistó la ansiada Décima Copa de Europa, la Copa del Rey, gracias a su exhibición goleadora, la Supercopa de Europa y puso la guinda con el Mundial de Clubes.
No hubo lágrimas de Cristiano en esta ocasión en el Kongresshaus de Zúrich, las contuvo como pudo mostrando la emoción de ver reconocido su enorme esfuerzo. Cómodo sobre el escenario, sintiendo el protagonismo de los focos apuntándole tras cortar la pasada temporada el dominio de Messi con cuatro balones consecutivos, acabó con su grito característico. Un “uuuuhhhh” que desentonaba con su inmaculado traje negro pero que reivindica su figura.
“Nunca pensé ganar tres veces este balón, ahora espero no quedarme aquí. Espero llegar a los cuatro de Messi. Quiero pasar a la historia del fútbol como el mejor”. Así es Cristiano, insaciable hasta en el éxito, marcando un objetivo inalcanzable para cualquiera menos para un jugador que vive por y para el fútbol. Se repitió la imagen de su hijo subiendo al escenario, recibido con sonrisa pero sin las lágrimas que marcaron la entrega de hace un año. La caza al argentino es una de sus motivaciones diarias mientras se convierte en leyenda. Iguala con tres a los holandeses Johan Cruyff (1971, 1973, 1974) y Marco Van Basten (1988, 1989, 1992), al francés Michel Platini (1982, 1983, 1983). Superando ampliamente en la votación a sus rivales con un 37,66% de los votos, por un 15,76% de Messi y un 15,72% de Manuel Neuer. No hay reconocimiento para los porteros, ni espacio para ello hasta que no se entregue un galardón por línea del campo. El protagonismo recae en los goleadores, más aún en la era de dos futbolistas de otra dimensión. Messi y Cristiano dominan los últimos siete años. Van camino de la década en otra dimensión. El protagonismo de Messi se redujo este año. Deslumbró de nuevo en la pasarela con su elección de traje de Dolce & Gabbana, un morado brillante que llamó la atención en la imagen del once de gala. Más aún lo hizo su seriedad cuando se proyectó el vídeo de Luis Enrique elogiando sus virtudes. Contrastó con la sonrisa pícara que le iluminó cuando le tocó el turno a su amigo Aimar. Completaron el equipo ideal Neuer, Sergio Ramos, Thiago Silva, David Luiz, Philipp Lahm, Toni Kroos, Andrés Iniesta, Ángel Di Maria, Arjen Robben y Cristiano Ronaldo. La figura de Messi adquirió relevancia cuando se supo que votó a Alejandro Sabella, Guardiola y Mourinho como mejores entrenadores.
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