El Barcelona se apoyó en la inspiración del argentino Leo Messi para golear al Deportivo (0-4) en el estadio de Riazor y confirmar las buenas sensaciones que había dejado la pasada jornada ante el vigente campeón de la Liga, el Atlético de Madrid (3-1), al que se enfrentará el miércoles en la Copa del Rey.
Tal vez herido en su orgullo por todo lo que se ha hablado de él, de la relación con Luis Enrique, de su futuro, Messi, situado en una banda pero con libertad, marcó la diferencia en el césped de Riazor, donde el Deportivo le duró al Barcelona diez minutos.
El técnico azulgrana no quería tropezar por tercera vez consecutiva fuera de casa y prescindió de las rotaciones a pesar de que el miércoles empezará a disputar el pase a semifinales de la Copa.
El astro argentino hizo un “hat trick” ayer, y Sidnei marcó el cuarto gol catalán en propia meta.
EFE
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