Hace 10 años (16 de octubre de 2004) empezaba a cambiar sustancialmente la vida de Lionel Messi y la historia de Barcelona. La aparición de Leo provocó un impacto que lleva una década, y no hay indicios de que en el corto plazo vaya a extinguirse.
Como todo fenómeno que trasciende lo corriente, Messi ya era motivo de asombro y comentarios antes de que debutara oficialmente en Barcelona. Atrás habían quedado las inquietudes de la familia Messi por una serie de trabas burocráticas que retrasaban la promoción de Leo a primera. Ese estreno ocurrió en tierra catalana, pero no en el Camp Nou, sino en Montjuic, en el derbi ante Espanyol. Era el 16 de octubre de 2004 y corría la séptima fecha de la Liga. Barcelona se imponía 2-0 y quedaban ocho minutos para el final. Frank Rijkaard le puso la mano sobre el hombro a un adolescente de 17 años, que llevaba una camiseta número 30 no tan ceñida al cuerpo como dicta la moda actual. La melena desmechada le aniñaba un rostro con mirada huidiza. La contracara de su timidez era el desparpajo y atrevimiento con la pelota en los pies. El técnico holandés le dio más aliento que indicaciones, lo motivó para que el fútbol de la primera división empezara a asombrarse de sus condiciones, como ya ocurría con quienes lo tenían visto en el Barça B y las divisiones inferiores.
Messi ya provocaba comentarios, quienes lo veían a menudo anticipaban que algo grande e importante estaba por llegar.
No era cuestión de ser adivino ni descubridor de talentos ocultos; alcanzaba con ser observador. El pibe Messi entró en reemplazo de un titular consolidado, el portugués Deco. El arquero de Espanyol, el camerunés Kameni, ya estaba advertido desde días antes por su compatriota Eto’o, centrodelantero de Barcelona: “Samuel me había dicho en varias oportunidades que había un chico desconocido en la cantera que era un fenómeno. Hablaba con gran admiración de Messi”.
Jugó apenas 10 minutos, fue un debut testimonial en una carrera materializada con goles, títulos y récords. Aún siendo una figura precoz, para su primer gol oficial con la camiseta catalana hubo que esperar nueve partidos, hasta el 1° de mayo de 2005. Lo hizo en una demostración de clase, de variedad de recursos. Se empezó a relacionar de manera natural con el gol, a no dejarse llevar por los nervios o las dudas. De emboquillada superó al arquero de Albacete, Raúl Valbuena, que supo interpretar y poner en contexto el valor de esa definición: “Fue un gol más, pero me di cuenta de que, si era capaz de hacer eso con 17 años, haría todo lo que se propusiera”.
Desde entonces, pasaron 10 años en los que Messi no perdió el tiempo. Hizo acopio de récords con la camiseta de Barcelona. Es el goleador histórico del club en partidos oficiales (362 tantos) y también si se contabilizan los amistosos (390; superó los 369 de Paulino Alcántara). Tiene la plusmarca en competencias internacionales: con 73 goles hace rato dejó atrás los 31 de Rivaldo.
Messi también es futbolista que divide épocas deportivas en Barcelona. Hay un antes y un después del aporte decisivo de Leo. Sin él, Barcelona sólo atesoraba una Liga de Campeones; con el rosarino en la cancha sumó tres más. Su contribución fue decisiva para llevar por primera vez a las vitrinas dos Mundiales de Clubes. Previo a la irrupción de Messi, Barcelona obtuvo 16 ligas de España en 76 años. Con Leo, van 6 en una década. De los 10 balones de Oro al mejor del año que conquistaron futbolistas de Barcelona, cuatro corresponden a Messi. Los otros seis se distribuyen entre Luis Suárez, Johan Cruyff (2), Hristo Stoichkov, Rivaldo y Ronaldinho.
En el tránsito inevitable a adueñarse de la camiseta número 10 pasó por la 30 y la 19. Tuvo cinco directores técnicos: Rijkaard, Pep Guardiola, Tito Vilanova (lo había dirigido en inferiores), Gerardo Martino y Luis Enrique. De Rijkaard siempre rescata la contención y el afecto en un momento en el que se le habría un mundo nuevo. El crecimiento deportivo fue desde 2008, con Guardiola, el entrenador que en un clásico en el Bernabéu lo sacó de la banda derecha para ubicarlo de falso número 9, entre los volantes y zagueros rivales. La nueva ubicación lo ayudó a ser un delantero más completo. Crea y pisa el área. Asiste y define.
Firmó siete renovaciones de contrato, la última por alrededor de 20 millones de euros al año, con una cláusula de rescisión de 250 millones para quien quiera contratarlo. El pasado 16 de octubre se cumplieron 10 años del debut de un jugador que a los 27 ya es mito y leyenda azulgrana.
DATOS
91 Goles en un año (2012), récord Guinness
Fueron 79 con Barcelona y 12 en el seleccionado. Batió la plusmarca que poseía el alemán Gerd Müller, con 85 desde 1972.
363 Los goles oficiales de Messi en Barcelona
Liga de España, 250; Liga de Campeones, 69; Copa del Rey, 29; Supercopa de España 10; Mundial de Clubes, 4, y Supercopa de Europa, 1. Los 363 tantos los convirtió en 436 partidos oficiales, mientras que 28 los anotó en 42 encuentros, haciendo un total de 391.
50 Los goles en la Liga de España
con que obtuvo el Botín de Oro europeo en la temporada 2011/12. Batió el récord de 41 tantos que poseía Cristiano Ronaldo desde el curso anterior.
1 Gol le falta para igualar
el récord de Telmo Zarra como máximo anotador de la Liga de España. Suma 250 en 285 partidos.
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