Iker Casillas, capitán del Real Madrid y la selección española, desmintió que llamase a Xavi Hernández y Carles Puyol para pedir perdón y admitió que a veces se siente "como la peste".
Casillas rompió su silencio en temas de los que nunca ha querido hablar públicamente y dijo toda su verdad sobre situaciones del pasado que han derivado en la situación que sufre en su club, con un sector de la afición en su contra que le silba hasta cuando realiza paradas. "He pasado una mala racha de la que siempre sacas conclusiones muy positivas".
"En este país igual que tiene en la balanza miles de cosas positivas tiene malas como la envidia. A gente que ha intentado hacer las cosas lo mejor posible, queremos enseguida hundirles. Hace unos meses parece que todo era nefasto, era el culpable de todo el primer problema que todos querían erradicar porque parecía la peste", aseguró en una entrevista en C+ con Iñaki Gabilondo.
Casillas destapó los problemas que tuvo con Mourinho, que aseguró pasó de interesarse por él a diario a no volver a hablarle. "La primera etapa fue muy buena, la última no tanto. Era una relación que no da más de si. Tiene mi máximo respeto porque es entrenador pero si hay una cosa que no te gusta hay que debatirla, no quiere decir que seas más que tu entrenador que es tu jefe".
Reconoció que la suplencia con la que fue castigado en La Rosaleda en diciembre de 2012, para que jugase Antonio Adán, le vino bien porque la tomó como "un toque de atención fructífero". Antes llegó una llamada que piensa el capitán que comenzó a enturbiar su relación y que quiso aclarar.
"Se cuenta una historia que no es la real. Llamé a Xavi y Puyol para echarnos la bronca mutuamente, no era normal la situación que estábamos teniendo en los clásicos. Era lamentable. Había mucha tensión, cada uno miraba por lo suyo pero en aquella trifulca final se fue todo de las manos. Nosotros estábamos defendiendo a nuestro entrenador. Hablé con ellos, nos dijimos de todo, ellos acusaban a compañeros que se excedían en el terreno de juego y yo les dije que ellos protestaban al árbitro", recordó.
"Iker no pide perdón a Xavi, para nada. Muchos lo han querido vender así para que digan que el capitán del Real Madrid se baja los pantalones ante el del Barça. Lo hice porque no éramos ejemplo para el fútbol y para los niños. Hablamos y fue tenso porque cuando íbamos a la selección nos teníamos que ver la cara y nos reprochábamos cosas unos a otros", añadió.
Asegura Iker que Mourinho nunca le dijo que le molestó esa llamada y que aunque pedía que fueran de cara la realidad fue distinta. "Nuestra relación fue muy buena en 2012. Le gustaba que fuésemos de cara y de frente y jugadores como Ramos, Cristiano o yo siempre fuimos. En verano la relación es fenomenal, en la Eurocopa hablábamos todos los días pero se tuerce en la Navidad de 2013. No hubo problemas serios entre nosotros, los típicos de los vestuarios.
Y puso sobre la mesa unas palabras de su pareja, la periodista Sara Carbonero, que resumió el mal ambiente del vestuario, como el hecho que se utilizó para poner gente en su contra. "Ese día se busca una excusa para atacar a Iker Casillas vía su pareja".
"Sara no cometió un error, le preguntan, es periodista y dice lo que todos decían en los días previos, se hace eco. Ella podría decir muchísimas cosas del vestuario, más de las que la gente puede pensar, pero solo se hizo eco de lo que se hablaba. No era una exclusiva. Me pareció fenomenal lo que dijo pero desde ahí existe mayor problema conmigo, la gente empieza a decir que soy el que pasa información a mi pareja para que la suelte. Nunca pasó. Mourinho nunca me dijo nada de esto", explicó.
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