El Real Madrid se levantó del duro golpe del clásico, con una autoridad inicial en lo que era una goleada que certificaba su pase a octavos de Liga de Campeones como primero de grupo, claramente superior al Shakhtar Donetsk hasta una relajación final que costó tres goles y volvió a mostrar una imagen endeble que inunda de dudas la reacción (3-4).
El Real Madrid estaba obligado a reaccionar y tiró de galones del club más laureado de Europa antes de dejarse ir y acabar pidiendo la hora. Con revolución en el once de Rafa Benítez, con la entrada de siete jugadores que no fueron titulares en el Clásico.
Antes de su desconexión, al ritmo de Modric controló el partido con criterio, encontró en Isco el referente en el toque, en Casemiro el “ángel de la guarda” siempre bien ubicado para realizar su función, y al fin apareció Bale por el costado izquierdo para desequilibrar y regalar un doblete a Cristiano Ronaldo.
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