Los azulgranas cuentan con ocho puntos de ventaja sobre los blancos, segundos en la clasificación liguera, con lo que una victoria los pondría a 12 puntos, una distancia prácticamente inalcanzable salvo debacle de los catalanes.
Una victoria de los blancos, en cambio, volvería a meterlos en la carrera por la Liga y los cargaría de moral de cara a la maratón de enfrentamientos con su eterno rival.
Real Madrid y Barcelona volverán a verse las caras el miércoles en la final de la Copa del Rey antes de enfrentarse en las semifinales de la Liga de Campeones el 27 de abril y el 3 de mayo. La de hoy será la primera batalla de esta guerra de galaxias futboleras.
“Tenemos que ganar, jugamos en casa y tenemos que poner la presión. Si ganamos todo sigue abierto, no podemos tirar la toalla”, dijo Cristiano.
José Mourinho y Josep Guardiola se han mostrado mesurados y respetuosos en cada declaración.
“Tengo una gran opinión del Madrid. Ahora son mejores que en la primera vuelta. Son más rápidos que nosotros. Saltan más y disparan más. Llevan mucho más tiempo juntos. Intentaremos imponer nuestro juego”, dijo Guardiola.
El entrenador del Barcelona ha otorgado el favoritismo al Madrid “por jugar en su casa”.
De su lado, Mourinho decidió cerrar la boca. Los periodistas españoles abandonaron ayer la rueda de prensa como protesta por la medida.El portugués cedió la palabra a su segundo entrenador, Aitor Karanka, que justificó: “Siempre que habla Mourinho se sobredimensiona todo.
Hoy las palabras quedarán a un lado. La verdad, como siempre, estará en la cancha y en los pies de los galácticos de ambas escuadras.
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