MADRID La final de la Copa del Rey, el partido del año en España que acoge el estadio de Mestalla en Valencia, ofrece al mundo el deseado clásico, en su segundo capítulo, en un título que desea el Barcelona para seguir creciendo como el �Rey de Copas� y el Real Madrid para poner punto y final a su sequía de éxitos.
En el mismo escenario donde los dos grandes del fútbol español cruzaron sus caminos por última vez en una final de Copa del Rey (Mestalla el 5 de abril de 1990, 2-0 para el Barcelona), vuelven a citarse dos equipos que acceden a la gran cita con estilos diferentes, pero un mismo objetivo, ser campeón.
Será la sexta final entre ambos, con un historial mayor para el conjunto azulgrana que busca su título 26, mientras que los blancos el 18. Reciente el éxito con Pep Guardiola a la cabeza en la conquista hace dos ediciones. Larga la ausencia del Real Madrid de un torneo que no vence desde 1993, con dos capítulos sonrojantes en dos finales, especialmente en el �Centenariazo� en el Santiago Bernabéu ante el Deportivo de la Coruña.
Actuará de local el Barcelona que afronta el clásico en la final de Copa con la duda en el eje defensivo, donde hasta minutos antes del partido no se desvelará si Carles Puyol será titular o no, después de haber participado el sábado y haber acabado lesionado.
Las voces críticas se silencian entre los madridistas. La gran masa está a muerte con Mourinho. Con cada una de sus decisiones. Con cada uno de sus gestos. Aprueban y ovacionan planteamientos defensivos. Comprenden que es la única forma de tumbar al Barcelona, que tiene vida en su ataque.
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