La maratón de cuatro clásicos que protagonizarán los dos grandes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona, se inicia hoy en el Santiago Bernabéu con un choque por la Liga, y termina el 3 de mayo.
En principio, este partido aparenta tener menos importancia que los otros tres, pese a que puede dar por zanjada la Liga anticipadamente si vence el Barça.
La distancia de ocho puntos reduce el morbo del partido más esperado de la temporada, al encadenarse con tres consecutivos por la final de Copa del Rey y el fratricida duelo de semifinales en Liga de Campeones.
Pero un Real Madrid-Barcelona siempre genera máxima expectación. Es el duelo de los considerados mejores entrenadores del mundo, José Mourinho y Guardiola; los dos mejores futbolistas, Leo Messi y Cristiano Ronaldo; y de dos plantillas que conforman dos proyectos de gigantes que han convertido el campeonato en una Liga bipolar.
El madridismo llega a la cita que separa el éxito del fracaso en la temporada con aires de venganza. La hegemonía del Barcelona en los últimos duelos y sus dos últimos triunfos de visitante aún escuecen. El 2-6 y el 0-2 decidieron los dos últimos títulos ligueros y a la tercera el Real Madrid quiere conseguir un triunfo.
En total, la plantilla del Madrid cuesta 927 millones de dólares. La del Barcelona, 830 millones. Juntos ponen en la cancha 1.757 millones.
No habrá transmisión en directo
El encuentro clásico entre Real Madrid y Barcelona, por la Liga española de fútbol, no será transmitido en vivo en La Paz. Según datos de Multivisión, el encuentro será retransmitido el domingo en ESPN, canal 56.
Mientras tanto, fuentes de Cotel TV explicaron que la cadena de televisión encargada de emitir en vivo la señal del encuentro entre blancos y azulgranas es ESPN 2.
Ninguna de las empresas, incluida de televisión por cable, incluida Entel TV, tiene registrada la emisora deportiva en su grilla de programación. El lance será a las 16:00
Zona culé - A golpear primero
Ramón Grimalt - Editor de planeta
Al Madrid hay que ganarle siempre, por lo civil o lo criminal, de penal en el último minuto o dándole un repaso como la memorable manita en el Camp Nou. Al mismo tiempo hay que desear que pierda hasta en los entrenamientos, entre sí. Aquí no hay medias tintas para un culé de verdad: el Madrid no es un rival, ni un oponente deportivo; es, sin duda, el enemigo.
Con esta premisa, embarcados en el frenético carrusel de clásicos, el partido de hoy es fundamental por dos razones clave. La primera, ya se sabe que quien golpea primero, lo hace por partida doble y vencer a los merengues en su casa, supondría poner una lápida a la Liga (11 puntos serían, en principio una distancia insalvable) y la segunda, asestarles un golpe anímico lo bastante contundente como para condicionar de entrada la inmediata final de Copa del Rey de este miércoles. Lo dicho. Impacto fulminante que ni siquiera el “Special One” Mourinho podrá revertir.
Pero no será fácil. El Madrid saldrá al Bernabéu con el cuchillo entre los dientes, ansioso por vengarse del 5-0 y demostrar ante su afición que es mejor. Y ésa es, precisamente, un arma de doble filo. Florentino Pérez le exigió a José Mourinho que gane y el portugués se lo transmitió a sus jugadores hipermotivados, sobreexcitados, perdidos en la ansiedad obsesiva de tumbar al mejor equipo de la historia. Es ahí donde podemos atacar. Si el fútbol es un estado de ánimo, Guardiola se ha encargado de preparar psicológicamente a los suyos para administrar las emociones y dividirlas en cuatro tomando en cuenta los clásicos que se avecinan.
Otro apartado es el futbolístico. El Barça acude al Bernabéu con una defensa que si bien no desentona, siente la ausencia por lesión de Carles Puyol. En este momento, Pep tiene la duda sobre si situar a Mascherano de central o utilizar a Sergio Busquets. El primero es rápido pero demasiado impetuoso lo que contra delanteros como Adebayor, Benzema, Ozil o el propio Ronaldo que pisan área con frecuencia, es una desventaja. El segundo es elegante pero frío, casi gélido. No puede haber duda alguna sobre la zona de creación.
En definitiva hay equipo para ganar al Madrid a domicilio, pero ojo, esta vez no habrá goleada… Nos basta un 2-0 para poner las cosas donde deben estar: el Barça demoliendo los récords que el Madrid registró en blanco y negro porque ahora mismo es historia.
Zona merengue - Es otro equipo
Marco Zelaya - Periodista
Cruyff, que es un genio, ya lo adelantó que hay diferencias cualitativas en los cuatro partidos entre el Real Madrid y el Barça que espectaremos. Y agregó que es importante ganar dos, que son los que están ligados a títulos: el de la Copa del Rey y el de vuelta de la Champions.
Es perceptible, en la hinchada culé, un fundado triunfalismo antes del inicio de esta histórica serie de cuatro partidos, pero, como lo señalara Pep Guardiola, el Real Madrid no es el equipo al cual los azulgranas propinaron un inobjetable 5-0, en la primera fase de la Liga.
Por el contrario: el equipo de Mou está en un irresistible ascenso, que descansa en la solidez de un trabajo estratégico inteligente fundamentado en el talento merengue. En cuanto a la defensa, no hay sorpresa alguna: recuérdese que las críticas más ácidas al estratega portugués consistían en que en el Inter había construido un muro infranqueable, casi antifutbolístico, nada vistoso, pero con réditos inigualables. En el medio, que ha convertido a los blancos en un equipo más largo que ancho, cada vez es un placer mayor apreciar –y valorar- el juego de Xabi Alonso.
Mou sorprende: como sucede con los grandes técnicos, te puede jugar la primera mitad con un esquema defensivo, pero en el segundo te topas con otro equipo, que llega con dos o tres pases al área rival.
Pero lo que definitivamente ha devuelto el brillo al Real Madrid ha sido el talento sinérgico de Özil y de Di María. Creo que el alemán, desde el último Mundial, no ha dejado de brillar, porque es un jugador con grandes recursos, aunque su principal virtud es su maestría para dar pases que equivalen casi a goles y para definir; el argentino marca la diferencia con su inteligencia y ubicuidad. Por añadidura, se ha anunciado que volverá Higuaín, de gran olfato y potencia en el área rival. Sobre CR7 hay poco que agregar, salvo que tiene una gran oportunidad para romper la mala racha ante el arco de los bleugranas.
Es difícil jugar contra los herederos de la “Naranja Mecánica” y cultores del tiqui-taca, pero este Real Madrid, con Mou a la cabeza, tiene los argumentos necesarios para iniciar estos cuatros partidos con una victoria. Y por más que sea una derrota asumible, la guerra se gana batalla a batalla.
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