El adiós de José Mourinho del Real Madrid ha sido, como no podía ser de otra manera, polémico. El luso se ha marchado del Bernabéu con un rosario de encontronazos y gestos poco habituales.
Desde la división del coliseo blanco en torno a su figura, pasando por el no-saludo de Cristiano en el túnel de vestuarios o la titularidad de Jesús en detrimento de Adán, todo fueron gestos agrios, aunque lo mejor estaba aún por venir.
Su último encontronazo con Iker Casillas ha marcado un fin de semana muy largo para el portero del equipo blanco.
El pasado viernes, Casillas se quedó fuera de la convocatoria pese a estar listo para jugar. Diego López, operado de una lesión menor, no estaba en condiciones para jugar contra Osasuna.
Así que, en situación normal, Iker debería haber jugado. Pero Mourinho decidió que no fuera así. No lo convocó y, a cambio, llamó a Adán y Jesús para que fuera finalmente éste último, el cuarto portero del Real Madrid, el que acabase jugando frente a los navarros.
La decisión, obvio, olía a 'vendetta'. A venganza 'made in Mourinho'. Todos lo interpretaron así. Más cuando la prensa deportiva de la capital filtró que el portero no estaba lesionado como sí lo había estado una semana antes cuando, frente a la Real Sociedad, de nuevo se quedó fuera de la lista.
Esta vez no. Casillas estaba listo, pero Mourinho lo quiso dejar fuera de la convocatoria. Según su propia versión, contada al programa Punto Pelota, porque el propio Iker Casillas se había considerado "no apto" para jugar.
Era su forma de reaccionar al huracán de críticas que se habían producido en torno a su decisión. Este lunes, el diario As y el diario Marca cuentan la cara B de lo sucedido. Lo que aún no se había destapado.
Viernes por la mañana
Todo arrancó cuando, el viernes por la mañana, Casillas se disponía a salir al terreno de entrenamiento de Valdebebas. Un empleado del club, conocedor de la convocatoria de Mourinho le dijo algo así como que no se diera prisa.
"Total, no vas a ir convocado", le dijo. Casillas se quedó de piedra. Sabía que Diego López no jugaría.
Sabía que le tocaba a él pero...
Casillas se esperaba algo así. Sin embargo, la noticia le llegó directa al mentón. Fue un duro golpe. Por eso decidió no salir a entrenar y quedarse en el gimnasio haciendo ejercicios de fuerza.
Días antes, Casillas se había entrenado con normalidad. Lo dicen las imágenes de la televisión y la web del Real Madrid. Si ese día, el viernes, no lo hizo, fue porque terminó harto de Mourinho.
Luego llegó a convocatoria y el revuelo. Entonces sucedió. Los diarios deportivos de Madrid (Marca y As) desvelaron que Casillas sí estaba listo para jugar. Mourinho, cuenta Marca, explotó de cólera y decidió cerrar con su agente, Jorge Mendes, una entrevista improvisada con un medio afín para defenderse y dar otra versión de lo acontecido.
Sábado por la mañana
El sábado por la mañana, en el hotel de concentración, y sin conocimiento de los responsables del club, Mourinho convocó a Punto Pelota para grabar la entrevista 'exclusiva' en la que Mourinho explicaba lo que había sucedido. Era su última entrevista con un medio de comunicación en España como técnico del Real Madrid, la primera desde hacía meses.
Entonces Mourinho dijo lo que dijo: "Casillas, Pepe y Cristiano no han ido convocados porque no están aptos", en una frase que, según la prensa deportiva de Madrid, incluyó a tres futbolistas para evitar que se centrara sólo en Iker. Quería que su mensaje tuviera más credibilidad y que quedara claro que él no tenía culpa de nada de lo sucedido.
Fue su rúbrica a un periodo convulso. El último encontronazo con el que ha sido su capitán en tres años como técnico blanco. Puede que no sea el definitivo. El tiempo dirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario