El nuevo Barcelona de Tito Vilanova inicia hoy ante la Real Sociedad la reconquista del título de Liga, que la pasada temporada -última de Pep Guardiola en el banquillo- se dejó arrebatar por el eterno rival, el Real Madrid, que enfrenta al Valencia.
El conjunto azulgrana ha completado la pretemporada invicto, ofreciendo buenas sensaciones y evidenciando que, pese al adiós de Pep y el inicio del nuevo ciclo, parece que la vida sigue igual en el Barça.
Lionel Messi ha tenido más vacaciones que nunca, David Villa y Andreu Fontàs han vuelto a jugar unos minutos después de sus graves lesiones y Carles Puyol también parece totalmente recuperado de sus problemas en la rodilla.
Sólo Thiago Alcántara e Isaac Cuenca -además de Eric Abidal, convaleciente de un trasplante de hígado- siguen ocupando la enfermería de un equipo que se ha reforzado en el lateral zurdo con el internacional español Jordi Alba y con el mediocampista camerunés del Arsenal Alexander Song para apuntalar su centro del campo.
El campeón
El Real Madrid inicia la defensa del título liguero recibiendo a la alternativa, el Valencia, con un equipo en el que José Mourinho apostó por la continuidad, a la espera de la llegada del croata Luka Modric, frente a un equipo retocado con el ingreso de la venta de Jordi Alba.
En pleno agosto el estadio Santiago Bernabéu alza el telón de la temporada del Real Madrid y da su primer paso en un torneo en el que su objetivo es repetir éxito, consciente de la dificultad de igualar sus números del pasado año (100 puntos y 121 goles).
Mientras se cierran los últimos flecos del fichaje de Modric, la tercera temporada de José Mourinho al mando del Real Madrid, arranca en una clara apuesta por la continuidad.
Ni un solo fichaje para su proyecto, tras comprobar que de los realizados la pasada campaña sólo José Callejón fue aporte.
Más pendiente de la salida de jugadores como el turco Nuri Sahin y el brasileño Kaká, la plantilla madridista llega al primer partido oficial con la incógnita de cómo responderán sus internacionales. Algunos, como los españoles, tras desplazamientos largos para jugar con la roja en Puerto Rico.
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