El Barcelona jugará en Berlín en 6 de junio su octava final de la Liga de Campeones, al eliminar el Bayern de Múnich en el Allianz Arena gracias a una gran actuación del brasileño Neymar, que marcó dos tantos, y a una soberbia noche del portero alemán Marc-André ter Stegen.
A pesar de perder el partido por 3-2, y seguir sin ganar en Múnich, la ventaja de la ida (3-0) ha sido más que suficiente para un Barça al que se le complicó el partido cuando el Bayern se adelantó 1-0 con el gol de Benatia, pero acabó siendo letal con su nueva arma, el contragolpe, con la cual puso un 1-2 en el tanteador, ambos de buena factura con el sello de Neymar y neutralizó el choque hasta que finalizó la primera parte.
Si no es el mejor contragolpe del mundo, como afirmó con rotundidad Josep Guardiola en la previa del partido, el Barça sí que puede presumir esta temporada de ser un conjunto con una velocidad endiablada que, a diferencia de otros años, es capaz de plantarse en el área rival en un santiamén y, además, marcar gol.
Mucho antes de que el Barcelona desinflara el ambiente con el segundo tanto, el Bayern, además de marcar un gol, pudo haber anotado algunos más, de no ser por una actuación sublime de Ter Stegen, que firmó su mejor noche como azulgrana, a pesar de encajar tres goles. En la segunda parte, el Bayern hizo buena la máxima de Guardiola en la previa de defender primero y buscar algo en ataque. El equipo alemán salió a mover el balón, a no precipitarse y evitar que el Barça hiciese aún más daño con algún contragolpe en un once en el que Suárez se quedó en el vestuario y saltó al campo Pedro.
A pesar del que el partido había caído en un tono espeso, un balón sin más en la frontal cayó en los pies de Lewandowski, que recortó bien a Mascherano y, con un fuerte disparo, empató el partido (2-2). El 3-2 llegó con otro latigazo, en el minuto 74, Muller se encontró un balón bien movido en la frontal.
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