Hace pocas fechas, varios analistas del fútbol mundial, de estos que hay muchos últimamente en el horizonte futbolístico, sentenciaron: “Hay gente que hace mucho ruido y logra poco, y otros que suenan poco y ganan títulos”. En este último racimo se puede colocar a Carlos Ancelotti. Un tipo tranquilo, sereno, sin estridencias. No monta escándalos, ni desprecia a nadie y, sobre todo, no arrastra el nombre de su club por el lodo y, además, cosecha coronas. Tantos que en solo año y medio se ha colocado como el séptimo técnico del Real Madrid que más títulos ha conseguido.
No es fácil en tan poco tiempo y, teniendo en cuenta que parece que va a estar por muchos años, tiene sentido esa máxima que insinuó Florentino: “Este puede ser nuestro Alex Ferguson durante muchos años”.
Efectivamente, el pensamiento del Madrid es que Ancelotti se quede para la “eternidad”, pero la experiencia nos dice que esto depende mucho de los éxitos, sobre todo teniendo en cuenta que, según dicen, la cabeza del mismo Ancelotti dependió del certero testarazo que metió Sergio Ramos en el minuto 93 en Lisboa. Es por aquello del “hoy te quiero y mañana ya veremos”.
Lo cierto, y es algo constatable con las matemáticas, que engañan poco, es que Ancelotti en solo año y medio se ha situado en el puesto número siete de los mejores entrenadores del Real Madrid, es decir, en el ránking de los que más han conseguido. El italiano ha logrado cuatro títulos en solo año y medio. Por supuesto que en tan poco tiempo ya ha adelantado por la derecha, izquierda, arriba y abajo al fiasco de Mourinho, un tipo con mucho ruido y pocos títulos.
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