El Barcelona sufrió una hecatombe en el Nuevo Zorrilla, donde se dejó parte de sus ambiciones al título de Liga tras perder ante el Valladolid para pasar por alto la posibilidad de asaltar provisionalmente el liderato de Primera, en poder del Atlético Madrid con el triunfo en Vigo con los goles de David Villa.
Valladolid dinamitó la apertura de la vigésima séptima jornada. El gol del italiano Fausto Rossi en el minuto 17 dejó en evidencia al cuadro del argentino Gerardo Tata Martino, que acabó por cambiar a Gerard Piqué, a Cesc Fábregas y a Neymar en busca de soluciones que no llegaron.
Las dudas invaden al Barcelona, que encajó su cuarta derrota de la temporada, la segunda consecutiva a domicilio en las últimas tres jornadas.
El vigente campeón, que no caía en Valladolid desde la temporada 2002-2003 y que desde la 2007-2008 siempre había ganado, afronta el miércoles la vuelta de octavos de la Liga de Campeones en una situación complicada que se puede afear más si el Real Madrid gana el domingo y eleva a cuatro puntos la distancia.
El Atlético, sin embargo, mantiene la fiabilidad. No pasó por alto el tropiezo del Barcelona para situarse como líder a la espera de lo que haga el Real Madrid.
Ganó al Celta en Balaídos (0-2) con dos goles de Villa, sustituto de Diego Costa. El equipo rojiblanco, que ya supera en la tabla al Barcelona, volvió a implantar la solidez y la intensidad que le han hecho fuerte. Sobre todo en la segunda mitad, cuando su adversario decayó.
Villa se reivindicó. En dos minutos marcó dos goles para sentenciar el choque y alentar el panorama rojiblanco, que presiona al Real Madrid.
La victoria del Valladolid alteró la perspectiva por la permanencia. En ella se ve inmerso el Celta, ahora a cuatro puntos de los puestos de descenso, y mucho más el Getafe, que cayó en Sevilla frente el Betis (2-0) y que pone a su técnico, Luis García, en una posición más que comprometida.
El equipo madrileño acumula doce jornadas sin ganar. Perdió en el Benito Villamarín y el Betis vuelve a hacer cuentas por la salvación. Los goles de Leo Baptistao y Rubén Castro ponen al equipo sevillano a ocho puntos de la salvación a la que se aferra el plantel de Gabriel Humberto Calderón a falta de once jornadas por disputar.
De la parte baja pretende huir el Granada, que dio un paso al frente con los tres puntos obtenidos en la visita del Villarreal, al que ganó por 2-0. El equipo de Marcelino se deshincha. Se aleja de la cuarta plaza que fue suya y empieza a poner en peligro sus ilusiones europeas.
Una sola victoria en los últimos cinco partidos, en los que ha encajado tres derrotas, han empañado el papel del ‘submarino amarillo’, incapaz de reaccionar ante la avalancha de su rival, que dejó sellado el triunfo con los goles de la primera parte anotados por el penalti transformado por Fran Rico y la sentencia de la mano de Youssef El Arabi.
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