Barcelona ha arrollado al Santos brasileño por 4-0 y se ha coronado campeón del mundo en Japón en una final en la que el equipo de Pep Guardiola ofreció un nuevo recital y logró su segundo título del Mundial de Clubes.
Tras el golpe de autoridad azulgrana, no sería justo destacar solo la figura de Messi, descomunal durante todo el encuentro, ya que fue el equipo entero, valiente, voluntarioso y brillante, el que realizó un partido perfecto.
El argentino Messi, en dos ocasiones, y Xavi y Cesc, lograron los goles en una noche mágica para la historia que enmarca la brillante trayectoria del Barcelona.
En el estadio se respiraba desde minutos antes del encuentro un ambiente de gran final, con las dos hinchadas de ambos equipos ocupando los fondos del campo y desplegando todo su repertorio de cánticos, pancartas y banderas.
Guardiola, obligado por la baja de David Villa y la duda de Alexis, apostó por fortalecer el centro del campo con Thiago y dejar solo en punta a Messi.
Por su parte, Ramalho, entrenador del Santos, sacrificó a un centrocampista de creación como Elano para apuntalar la defensa y sacar tres centrales y dos laterales con recorrido, Leo por la izquierda y Danilo por la derecha.
Los jugadores del Barcelona saltaron al campo con una camiseta en la que se podrá leer: "Mucha fuerza Guaje", como muestra de apoyo para su compañero David Villa que se fracturó la tibia en la semifinal y tuvo que regresar a Barcelona.
Desde el inicio, el Barcelona, con tres centrales, llevó la iniciativa con Alves por la derecha y Thiago por la izquierda abriendo mucho el campo, y acumulando hasta siete jugadores en el centro del campo.
El empuje del Santos, en el que todos presionaron, incluso su estrella Neymar, convirtió el partido en un encuentro abierto.
Fruto de la paciencia y del toque azulgrana, comenzaron a llegar las ocasiones para el combinado de Guardiola que en los primeros 15 minutos ya se hizo dueño del balón.
En una de sus combinaciones, Xavi metió un pase al hueco desde la frontal, Durval falló estrepitosamente en el despeje y Messi, solo ante Rafael, la picó por encima para hacer el 1-0 en el minuto 17.
Con el resultado a favor, el Barça siguió con su juego de salón apoyado en un Messi omnipresente que superaba una y otra vez a los jugadores del Santos.
El equipo de Guardiola empezó a marear a su rival, y el 2-0 no tardó en llegar. Después de un recital de pases al primer toque, el balón acabó en los dominios de Alves que centró y Xavi, con un sutil toque que descolocó a Rodrigo, se colocó el balón y remachó a la red en el minuto 24.
Barça era un vendaval de juego y las ocasiones se sucedieron, como un tiro al palo de Cesc en el minuto 28, con el Santos completamente "noqueado", nervioso, sin saber que hacer con el balón y sin noticias de su estrella, Neymar.
Ramalho reaccionó y dio entrada a Elano por Danilo, que se marchó lesionado, con la esperanza de ganar en consistencia en el centro del campo, aunque todo fue un espejismo y el Barcelona se dedicó a mover el balón y enfriar el partido.
Lentamente a base de toque se iba acercando el Barça al área de Rafael y en una de sus acometidas a Rodrigo, que hizo aguas, se le escapó Messi, que de tacón dentro del área prolongó a Alves y su centro, tras varias carambolas acabó en los pies de Cesc que logró a placer el tercero en el minuto 45.
El segundo tiempo comenzó como terminó el primero, con una cabalgada de Messi que, ante la pasividad del Santos, recortó al borde del área y cedió a Cesc que afinó en exceso el tiro y falló por milímetros.
Neymar, muy desasistido por la falta de juego de su equipo, dejó destellos de su tremenda calidad y rapidez cada vez que pudo, aunque demostró, con un par de ocasiones marradas, que por el momento las diferencias entre él y Messi son abismales.
Con el Barça relajado y el Santos resignado, el segundo tiempo se convirtió en partido más abierto y falto de intensidad que desembocó en diversas ocasiones para ambos equipos.
Como aperitivo final quedaba el cuarto gol de la noche, obra de nuevo de Messi, que regateó con facilidad en el área chica a Rafael, y demostró una vez más, con un partido inconmensurable, por qué es el mejor jugador del mundo.
Con el título ganado hoy en Yokohama, el Barça cierra un año redondo (en el que también ha ganado Liga, Champions League, Supercopa de España y de Europa), y logra su segundo título intercontinental, tras el cosechado en 2009 ante el conjunto argentino de Estudiantes de La Plata.
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