El delantero argentino del FC Barcelona, Leo Messi, dijo este miércoles que espera que "el Balón de Oro se quede en el vestuario del Barça", en referencia a las posibilidades que también tienen de lograrlo sus compañeros Xavi Hernández y Andrés Iniesta.
Relajado tras 36 días de vacaciones, con camiseta blanca en V, un rosario colgando del cuello y una incipiente barba "perita", el astro argentino anheló que este año "me respeten las lesiones y siga estando disponible todos los partidos", en declaraciones tras el entremaniento de su equipo.
En la víspera, el nuevo entrenador del FC Barcelona, Tito Vilanova, se había referido a "la Pulga" al afirmar que "ya ha tenido mucho peso con la cantidad de goles que ha marcado. Ojalá volviera a marcarlos", refiriéndose a los 73 goles firmados por el crack la pasada temporada.
"Se le va a pedir que marque 100 goles, pero no sé si eso es posible", comentó Vilanova.
Messi respondió a esas palabras diciendo que "intento superarme no en goles, sino en crecer como jugador y darle más cosas al equipo. Espero que me quede margen para seguir creciendo".
"Yo también espero mi mejor versión", enfatizó un Messi más aplomado y maduro que respondió a todas las preguntas.
En cuanto a cómo está después de 36 días de vacaciones, algo que no se producía en el primer equipo catalán desde el 2009, dijo que "ya tenía ganas de volver y empezar a entrenar y jugar. No estoy acostumbrado a tantas vacaciones", afirmó.
AFP
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