El Real Madrid busca su primera final de Copa del Rey desde 2014 en plena turbulencia, aunque para ello debe vencer al campeón de las cuatro ediciones más recientes.
El conjunto merengue recibirá al Barcelona este miércoles en el Santiago Bernabéu para disputar el clásico más importante de la temporada: la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey que decidirá si termina el dominio aplastante del club azulgrana, que busca su sexta final consecutiva.
“La ida fue un partido muy bonito y ojalá tengamos uno igual de bonito mañana”, dijo Santiago Solar en rueda de prensa tras el último entrenamiento de cara al encuentro.
“Creo que en la segunda parte, sobre todo en el final, lo hicimos muy bien, con varias oportunidades para marcar y traer un resultado más favorable para la vuelta. Tenemos que hacer una continuidad con lo que venimos haciendo bien. El equipo sabe por dónde tenemos que ir”, explicó el entrenador.
Pero después de dar una sorprendente buena imagen en el Camp Nou para dejar la eliminatoria abierta tras firmar un empate 1-1, las dudas han vuelto a enturbiar el ambiente en torno al equipo merengue en la víspera.
El Real Madrid llega al encuentro clave de la campaña con tantas dudas – o más – que tres semanas antes, cuando ponía rumbo a Barcelona para disputar la ida, el primer ‘clásico’ de Solari en el banquillo blanco. El entrenador salió ‘vivo’ de su primera prueba de fuego, pero desde entonces, el equipo ha vuelto a caer en un periodo de irregularidad. Una inesperada derrota en Liga ante Girona (1-2), y un juego pobre ante Levante con una polémica victoria, han provocado el mismo temor en el entorno a que el equipo acabe por autodestruirse.
Peor aún; la paz social del vestidor ha quedado en entredicho de nuevo, esta vez debido a un mal gesto de Gareth Bale, negándose a celebrar un tanto con sus compañeros, mientras una buena parte del plantel llega a la recta final de la campaña con el futuro en el aire: Keylor Navas, que podría disputar su último clásico, Marcelo, Isco, o el propio Gareth Bale.
Solari, sin embargo, intenta dar una imagen de perfecta calma.
“Cada partido es un mundo en sí mismo; es un desafío nuevo y nos lo tomamos así. Es un tópico, lo entiendo, pero es la realidad. No podemos tener la mente más allá del partido de mañana. Es suficientemente importante para acaparar nuestra atención. Estamos unidos con muchas ganas de pasar esta eliminatoria. Para llegar aquí tuvimos que eliminar a Girona, Leganés, Melilla. Es un gran esfuerzo llegar compitiendo en varias competiciones a la vez y queremos coronarlo”, dijo.
Ante el último conflicto surgido en el seno del vestidor con el galés – ya sea por roces con sus compañeros después de que Courtois revelara detalles de su vida privada, o con el cuerpo técnico, tras haber perdido la titularidad – el entrenador merengue recalcó que “elige” no dar relevancia a detalles “anecdóticos” y prefiere “enfocarse en lo que importa”, que no es más que el pase a la final.
Y como no es suficiente para enrarecer el ambiente en el entorno merengue, hay que sumar las crecientes quejas desde toda España por los errores arbitrales amplificados por el VAR, y en especial, después de que una polémica decisión de conceder un penal al equipo merengue tras una presunta patada a Casmeiro frente a Levante le diera la oportunidad de llevarse los tres puntos.
Un incidente que, además, ha costado una grave lesión a Cheick Doukouré, quien estará al menos seis meses de baja después de apoyar mal el pie tras dar “una patada al aire” según el parte médico.
Solari, sin embargo, insiste en su versión. Para el Madrid era penal y no hay más que discutir.
“Siempre que se utilice la tecnología para jugadas que siguen siendo interpretables va a haber divergencia de opiniones salvo para lo que es taxativo. No hay dudas sobre el penalti del otro día. Cualquiera que conozca por encima, ni siquiera a profundidad, la regla 12 (faltas e incorrecciones). Meternos con los árbitros cuando aciertan…”, ironizó.
HORAS CONTADAS
El de este miércoles bien podría marcar el fin de una era para Keylor Navas y Marcelo, quienes podrían tener las horas contadas en el equipo merengue. La llegada de Courtois, y sobre todo, la de Solari, marginó al tico, que desde octubre solo ha jugado en Copa, y un par de partidos en que el belga fue baja por lesión.
Al brasileño, su baja forma física y pobre nivel de juego. Marcelo ha perdido la titularidad ante el canterano Sergio Reguilón y cada vez suenan con más fuerza los rumores que lo colocan en la órbita de la Juventus de Turín, donde su amigo y excompañero Cristiano Ronaldo lo reclama con ansias.
Desde que Solari asumió el mando del equipo, Marcelo se ha limitado a jugar partidos sueltos – la mayoría en Copa. Aunque el técnico no ha querido confirmar su presencia en la cancha, se espera que el brasileño vuelva a salir de inicio tal y como sucedió en la ida pese a su baja forma.
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