El encadenamiento de dos choques Real Madrid-Barça, mañana en Copa del Rey y el sábado en Liga, suponen un momento “clave” para esta temporada, advierte el defensa azulgrana Clément Lenglet en una entrevista con la AFP, impresionado por la envergadura planetaria del clásico, “un partido que para el tiempo”.
Mañana el Real Madrid recibirá al Barcelona en la vuelta de semifinales de la Copa del Rey (1-1 en la ida), antes de volver a jugar en el Bernabéu en Liga contra los azulgranas el sábado, casi la última oportunidad blanca de pelear el título a su gran rival.
“Es un partido diferente a los demás por la fuerza que tiene a nivel mundial. El partido se ve en no sé cuántos países. Y los jugadores sobre el terreno son de un nivel excepcional. Es un partido que para el tiempo, por así decirlo. Cuando lo ganas, lo disfrutas más. (...) El 5-1 es uno de los partidos en los que más a gusto me he sentido. Además, con este resultado se puede disfrutar un poco más de los últimos minutos, del ambiente del estadio, es mágico”.
A dos días del primer clásico de la semana contra el Barcelona, Gareth Bale evidenció el domingo ante el Levante su insatisfacción en el Real Madrid, donde estaba destinado a ser una de las estrellas y ocupa habitualmente el banquillo este curso.
El extremo galés salió el domingo en la segunda parte y marcó de penal el tanto que daba la victoria a los blancos (2-1) contra el Levante, tres puntos de oro para seguir soñando con la Liga. Pero, tras marcar apenas celebró el tanto, se quitó de encima a Lucas Vázquez cuando iba a abrazarlo y fue evitando a sus compañeros, aceptando como mucho dar la mano a varios de ellos.
“Que Gareth Bale está enfadado es una realidad palmaria”, aseguraba ayer el diario deportivo Marca. “Está pletórico en el vestuario, porque marcó, aparte me encantó cómo entró al partido, y la rabia con que jugó los minutos que le tocó jugar”, le defendió tras el partido su técnico Santiago Solari.
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