Gol y enfado. A dos días del primer clásico de la semana contra el Barcelona, Gareth Bale evidenció el domingo ante el Levante su insatisfacción en el Real Madrid, donde estaba destinado a ser una de las estrellas y ocupa habitualmente el banquillo en este curso.
El extremo galés salió el domingo en la segunda parte y marcó de penal el tanto que dio la victoria a los blancos (2-1) contra el Levante, tres puntos de oro para seguir soñando con la Liga.
Pero, tras marcar apenas celebró el tanto, se quitó de encima a Lucas Vázquez cuando iba a abrazarlo y fue evitando a sus compañeros, aceptando como mucho dar la mano a varios de ellos.
“Está pletórico en el vestuario, porque marcó, aparte me encantó cómo entró al partido, y la rabia con que jugó los minutos que le tocó jugar”, lo defendió tras el encuentro su técnico Santiago Solari.
“Nos dio la victoria él. Estoy muy contento por cómo jugó y cómo entró. Después, que celebren los goles como quieran, pero que los hagan”, añadió el técnico ‘merengue’.
Tras la salida de Cristiano Ronaldo el verano pasado, Bale era, junto a Karim Benzema, el llamado a recoger el testigo del luso, pero hasta el momento, sólo el francés parece haber respondido al desafío.
Benzema se ha hecho imprescindible en el once blanco y lleva 20 goles en lo que va de temporada, en 40 partidos oficiales.
Bale, en cambio, apenas ha jugado completos seis de los treinta encuentros que lleva esta campaña, habiendo salido desde el banquillo o siendo sustituido en el resto marcando 13 tantos, tres de ellos en los últimos cinco encuentros de Liga, en los que inició como reserva.
El que marcó frente al Atlético de Madrid (3-1) podría costarle, además, un disgusto, tras ser denunciado por la Liga al hacer un un gesto obsceno al público en el Metropolitano.
Lastrado por las lesiones, su principal debilidad desde que llegó al Real Madrid en el verano de 2013 procedente del Tottenham, Bale, de 29 años, ha visto cómo ha perdido protagonismo en favor de Lucas Vázquez o el joven brasileño Vinicius, la nueva ilusión de la hinchada blanca.
Pese a todo ello, Bale ha sido determinante en partidos importantes a lo largo de estos seis años y ahora llegan dos encuentros decisivos, en los que deberá demostrar su valía, siempre que Solari cuente con él.
El miércoles el Real Madrid recibirá al Barcelona en la vuelta de semifinales de la Copa del Rey (1-1 en la ida), antes de volver a jugar en el Bernabéu en Liga contra los azulgranas el sábado, casi la última oportunidad blanca de pelear el título a su gran rival.
No hay comentarios:
Publicar un comentario