Gonzalo Higuaín está en un momento inesperado en el Real Madrid. Regresa a su eterna lucha para demostrar sus cualidades. Sin la confianza suficiente de José Mourinho y con una duda: seguir luchando por lo que considera que merece de blanco o ceder al poder del dinero marchándose al PSG.
Higuaín ha sido el gran ausente de la semana decisiva de la temporada para el Real Madrid. Fue espectador de la sentencia liguera en el Camp Nou. Entró en el campo a los 93 minutos para perder tiempo. Sustituyendo al futbolista que le ha ganado el pulso, el francés Karim Benzema. El mismo cambio en la prórroga del agónico Real Madrid-Bayern en semifinales de Liga de Campeones. En el descanso para jugar los últimos 15 minutos en los que pasó tan inadvertido como en la tanda de penales. Ni lanzó. Un delantero. La responsabilidad recayó en otros futbolistas con un grado de confianza mayor.
Ante el Sevilla no solo no jugó ni un minuto, sino que ni siquiera calentó. Todo salpicado por las noticias publicadas en Francia: Una comida junto a Kaká con el presidente del PSG, el catarí Nasser al-Khelaifi. Semanas después de asegurar públicamente que por su cabeza solo pasa acabar la temporada y luego decidir su futuro. Pese a tener contrato en vigor renovado recientemente.
En los planes del Real Madrid no está desprenderse del 'Pipita'. Le consideran "hombre de la casa", prácticamente un canterano que se ha ganado lo que tiene a base de esfuerzo.
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