Cristiano Ronaldo es el máximo exponente del trigésimo segundo título de Liga del Real Madrid, cimentado en un grupo de grandes futbolistas empequeñecidos por la figura inconmensurable del portugués, que marcó diferencias para desbancar al Barcelona y presentar sus credenciales al Balón de Oro.
Las cifras de Cristiano han sido monstruosas. Sólo el argentino Lionel Messi puede superarlas. Pero el azulgrana no ha podido dirigirlas hacía el título más importante que España ofrece al mundo del fútbol. Messi aún puede alzar la Copa del Rey, aunque el reinado en el torneo de la regularidad es para su oponente, para un jugador con similares prestaciones pero con diferente personalidad.
Si Messi es respetado en casi todos los campos que visita, Cristiano es odiado, silbado. Es la antítesis del internacional albiceleste. Y eso que nunca ha despreciado a sus rivales con declaraciones fuera de lugar. En ese sentido, siempre ha sido respetuoso. Sin embargo, sus gestos sobre en el campo no consiguen captar adeptos.
Pero algo ha cambiado esta temporada en Cristiano. Su actitud ha sido diferente a la de sus dos anteriores cursos en el Real Madrid. Ha dejado de lado detalles egoístas en el césped para completar tareas de desgaste inimaginables en un futbolista que antaño prácticamente sólo parecía jugar para él mismo. José Mourinho ha logrado "domarle" y ha creado un monstruo que ha guisado una Liga.
A Cristiano se le ha visto correr para defender; ha presionado a sus rivales; ha dado muchas más asistencias que en anteriores campañas; e incluso en algunos momentos, eso sí, escasos, ha dejado a sus compañeros lanzar unas faltas que hasta ahora sólo llevaban escritas su nombre. Y no ha perdido su hambre de gol, imprescindible en su ansía de mejora individual. Una mezcla explosiva que tal vez vale un título.
Las cifras hablan. Cristiano se ha superado a sí mismo cuando parecía imposible. Si la pasada temporada marcó 41 goles estableciendo con esa cifra la mejor marca histórica de la Liga, este año ya lleva 44, dos menos que Messi, cuando aún restan dos partidos para el final. Si hace un curso hizo 53 dianas en todas las competiciones, ahora suma 58. Números escandalosos.
Además, nunca antes un jugador, salvo Lionel Messi, había logrado siete tripletes en la Liga. Él lo ha hecho. Zaragoza, Rayo Vallecano, Málaga, Osasuna, Sevilla, Levante y Atlético de Madrid fueron sus víctimas. En total, ha sumado catorce "hat tricks" desde que llegó hace tres temporadas a la entidad madridista. Sólo Alfredo Di Stéfano le supera con 22. Y sus goles no los ha reservado solo para el público del Santiago Bernabéu.
También ha disfrutado haciéndoselos a aquellos que tanto enerva con sus gestos, aquellos que llenan otros estadios. Fuera de su feudo, Cristiano ha llegado a marcar 22 tantos, como nadie logró en los más de cien años de historia de la Liga. No estuvo sólo en la tarea anotadora. Junto al francés Karim Benzema y al argentino Gonzalo Higuaín formó el triplete atacante más goleador que nunca se vio en España.
Entre los tres han marcado 114 tantos en todas las competiciones, algo que jamás ha logrado un equipo español. En Liga acaparan 84 de los 115 goles del Real Madrid, que superan el anterior registro de 107 lograda en la campaña 1989/1990.
Todos son récords y más récords. Cristiano ha superado muchos y a colaborado en otros. Sin duda, ha sido el más sobresaliente del Real Madrid. Ha sido más que un título de Liga para los blancos. Tal vez un Balón de Oro, si Messi se lo permite. EFE
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