Le dicen ‘efecto CR7’ o ‘efecto Cristiano’. Bien podría llamarse efecto Messi, o estilo Jhasmany Campos. En los barrios locales se le dice ‘chanfle’ o, más recientemente, se refieren a estos fuertes disparos como ‘pelotas combadas’.
Fue el tiro que asustó a Taffarel (Brasil) cuando Marco Etcheverry lanzó una pelota que el comentarista calificó de ‘endiablada’. Y son tiros ‘endiablados’. Una pelota rasante y golpeada con el lateral del botín sale girando y puede tener una trayectoria zigzagueante.
A lo largo de su trayectoria recta, el balón se desvía lateralmente aproximadamente 20 centímetros, es decir, el equivalente al diámetro de la bola, según descubrieron los investigadores del Instituto Politécnico de Francia.
Hay que descolocarlos
La dirección de la desviación parece imprevisible; este efecto es muy molesto para los arqueros. Por eso Cristiano Ronaldo y otros jugadores, especialmente los que tienen una técnica deslumbrante, aprovechan este fenómeno. Las trayectorias llamadas ‘chanfles’ en fútbol se conocen con el nombre de ‘knuckleballs’ o ‘bolas curvas’ en el béisbol.
“Estudiamos experimentalmente la trayectoria de estos balones, tanto de fútbol como en las esferas lisas”, explica Caroline Cohen, investigadora del Politécnico. Según las conclusiones del equipo, el raro movimiento no se debe a las deformaciones del balón por el impacto del pie ni a las costuras o uniones de la pelota. En realidad, las responsables de estos movimientos en una esfera lisa son las fuerzas aerodinámicas de elevación, que, además, son fluctuantes.
Los investigadores recrearon las presiones en agua y descubrieron que la trayectoria en zigzag afecta a todas las esferas, sean livianas o pesadas, como las bolas de acero de 7 kilos. Registraron esos movimientos con cámaras ultrarrápidas.
EFECTO MAGNUS Y ‘EL BALÓN QUE NO DOBLA’
Ya es histórica la queja del director técnico Daniel Passarella: “En la altura la pelota no dobla”. Quizá tenga algo de razón, si se considera la diferencia de presión y la menor concentración de oxígeno en las altitudes.
También se ha especulado con los tipos de balón: que la Fevernova tiene las costuras suavizadas por una capa sintética, que la Jabulani es más veloz, o que la Roteiro tiene las partes pegadas... todo para sugerir que las costuras influyen en las turbulencias.
Sin embargo, hay un efecto descrito a fines del siglo XVIII, llamado Magnus, en honor a Heinrich Gustav Magnus. Cuando el balón gira sobre su eje mientras avanza, uno de los lados va contra el aire y el otro a favor. Por eso hay mayor presión en el lado que va contra el viento y menor presión en el que va a favor. Esa diferencia de presión en un lado causa la desviación de los cuerpos esféricos que se desplazan rodando. Tengan o no costuras.
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