El arquero español Iker Casillas cumplió el pasado fin de semana 500 partidos de Liga con el club de su vida, el Real Madrid.
Desde que debutó con el Madrid en San Mamés el 12 de septiembre de 1999, han pasado 16 temporadas en las que ha cosechado 327 victorias, 85 empates, 87 derrotas, ha encajado 510 tantos (1.02 por encuentro) y ha realizado 1.671 paradas, algunas prodigiosas que le elevaron hasta límites insospechados en aquel domingo de septiembre.
Pero llegó el fin de semana pasado, rodeado de cierta polémica, fue pitado por la afición del Bernabéu en el último encuentro liguero ante el Deportivo. El Madrid venía de perder 4-0 en el Calderón y él y Ancelotti fueron los señalados por parte de la grada.
Para llegar a los 500 partidos de Liga, Iker ha contado con el beneplácito de sus entrenadores, que apostaron por él. Salvo en la 2001-02, cuando Del Bosque le reemplazó por César, en la 2012-13, en la que Mourinho confió en la continuidad de Diego López tras su regreso de la lesión en la mano, y en la 2013-14, cuando Ancelotti decidió que Diego López fuera su portero titular, Iker siempre fue de la partida. No en vano, disputó los 38 encuentros ligueros en cuatro ocasiones, participando en más de 30 en otras siete campañas más. Solo jugó menos en la 2013-14 (dos).
Pero hay más. De esos 499 encuentros jugados, 497 lo hizo como titular, y en 493 actuó desde el inicio hasta el final. Pero sigue acumulando méritos: si el Madrid gana en su próximo partido, superará a Raúl como el madridista con más triunfos en Liga (ambos tienen 327) y quedaría a seis de ser el jugador con más victorias (Zubizarreta con 333).
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