Con este tercer premio 'La Pulga', de 24 años, se convierte en uno de los cuatro únicos jugadores que lo ganaron tres veces, junto a Platini (1983, 1984 y 1985) y los holandeses Johann Cruyff (1971, 1973 y 1974) y Marco van Basten (1988, 1989 y 1992).
"Quiero agradecer y compartir el premio con la gente que me votó, con mis compañeros del Barcelona y de la selección argentina. Éste lo quiero compartir con mi amigo Xavi, tú también te lo mereces y para mí es un placer estar contigo en la cancha", dijo Messi en la ceremonia celebrada en Zúrich.
El argentino se impuso con un 47 por ciento de los votos, por delante del portugués Cristiano Ronaldo (21%) y de Xavi (9%), en una ceremonia en el Palacio de Congresos de la ciudad, en la que el técnico del Barça, Josep Guardiola, fue nombrado el mejor del año y la japonesa Homare Sawa se llevó el Balón de Oro a la mejor jugadora del mundo.
"La mención especial de 'Leo' me la llevo como el mejor premio de esta noche, la verdad es que no me lo esperaba. Conociendo a Leo, sé que le cuesta a veces expresarse y se ha dirigido a mí personalmente. Eso demuestra que es un chico muy humilde y un gran amigo", dijo Xavi, que era finalista por cuarta vez.
Messi salía como favorito ante Cristiano Ronaldo, que ganó el título una sola vez (2008), mientras que Xavi ya había sido nominado en 2010, el mismo año que ganó con España el Mundial, pero el español no ha podido llevarse nunca el galardón.
Tiene 24 años y ya es una leyenda
El argentino Lionel Messi, ganador de tres Balones de Oro, es a sus 24 años una leyenda viva del fútbol mundial, un jugador que parece no tener techo y que mejora año a año gracias a su talento polifacético, tan deslumbrante en el juego individual como también en el colectivo.
"Messi es infinito", titulaba un periódico español a principios de 2011, en un año que volvió a ser mágico para el argentino y su club, el Barcelona, con cinco títulos ganados de los seis que disputó (Liga, Liga de Campeones, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes). Quizás el secreto de Messi sea el haber mantenido intactas su ilusión y sus ganas de jugar al fútbol desde que empezó a dar patadas a un balón en su Rosario natal.
En el campo, su principal baza es su polivalencia, que le permite ser un maestro de la asistencia dentro su equipo, capaz de comunicarse con los ojos cerrados con sus compañeros y, a la vez, desmarcarse para brillar en solitario. Nacido el 24 de junio de 1987 en Rosario (Santa Fe), Messi, que mide 1,69 m, se ganó el apodo de 'La Pulga' cuando dio sus primeras patadas al balón.
Japonesa Sawa es la reina
En damas
Homare Sawa, capitana de la selección japonesa que hace unos meses se proclamó campeona del mundo en Alemania, fue nombrada por la FIFA Mejor Jugadora de 2011, quitándole el trono a la brasileña Marta, ganadora los cinco años anteriores.
El equipo ideal
Lo integran Casillas (Real Madrid); Dani Alves, Piqué (Barcelona), Ramos (Real Madrid) y Vidic (Manchester United); Xabi Alonso (Real Madrid), Xavi Hernández e Iniesta; Messi (Barcelona), Ronaldo (Real Madrid) y Rooney (Mancheter United).
El mejor gol
El delantero brasileño Neymar, del Santos, ganó el premio Puskas al mejor gol del año, por un espectacular tanto convertido al Flamengo.
Al pan, pan: Lorenzo Carri
Veinticuatro horas después de un olvidable cotejo de Barcelona ante Espanyol, dos de sus figuras de tantísimos partidos y torneos —Messi y Xavi— estuvieron en la fiesta de la FIFA, y festejaron con el entrenador Guardiola y algunos de sus compañeros, elegidos en el once mundial.
Les confieso que me hubiese gustado que el anunciador de la máxima distinción dijese ayer “Xavi Hernández”, como un completo homenaje al fútbol. Messi no necesitaba de ese nuevo premio para estar donde está y para ser lo que es —aunque tenga la “asignatura pendiente” de ganar un Mundial, como no dejó de anotar sibilinamente Clarín— pero Xavi, como Iniesta, ausente esta vez en el trío de los candidatos, han sido tan importantes como el argentino (y en varias ocasiones más trascendentales), tanto en el equipo catalán como en la selección española.
Menos mal que Messi, al que hay que reconocerle que es inigualable fuera de la cancha (cosa que no sucede frecuentemente con los ases del deporte) tuvo la honradez y el gesto lindo de decir públicamente que su compañero merecía el Balón de Oro tanto como él.
El anunciador dijo “Lionel Messi” y no “Xavi Hernández” pero lo que interesa ahora es que los galardonados de ayer sigan viviendo el fútbol como hasta ahora: y hablo de Guardiola, indiscutible conductor en los encuentros y en el resto de los días; y hablo de Messi, de Xavi, de Iniesta, y de Sergio Busquets, y de todos los que han contribuido a hacer de su equipo una ilusión, una esperanza de cosa diferente para millones de personas en el mundo. No es poca cosa en el flaco panorama de un deporte donde la mayoría se ocupa de no perder y se angustia por no ganar.
Lo de Lionel Messi era tan previsible como los fotógrafos y camarógrafos detrás de Shakira. Tal vez el acto menos ruidoso —y el más justo— fue darle al viejo y querido Alex Ferguson la medalla presidencial, porque es posible que los años y su equipo no le permitan aspirar nuevamente al título de mejor entrenador del mundo.
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