Ramos, jugador más expulsado en historia del Real Madrid

Sergio Ramos, que sufrió ante el Rayo Vallecano su duodécima expulsión con el Real Madrid en la Liga, competición en la que ya es el jugador con más tarjetas rojas en la historia del club, afirmó que se siente perseguido por algunos árbitros.

"Es muy fácil expulsar a Sergio Ramos, no sé si por los antecedentes o el cartel que pueda tener. Es preocupante", manifestó Ramos, que ayer fue expulsado a los 17 minutos tras ver dos tarjetas amarillas con tan solo 44 segundos de diferencia, por un empujón al brasileño Leo Baptistao y por cortar con una mano un pase.

Fue la expulsión por doble amonestación más rápida de un jugador del Real Madrid en toda su historia. Y la reflexión que hace Ramos, que ha sido expulsado con su club en 16 ocasiones -doce en Liga, dos en Liga de Campeones y dos en Copa del Rey-, es que algo falla en el arbitraje español comparado con el mundial.

En 99 partidos con la selección española absoluta nunca ha sido expulsado.

Sergio Ramos cumplió ayer 250 partidos con el Real Madrid en Liga. Ha sido expulsado en doce de ellos, en ocho ocasiones por doble amonestación y en cuatro por tarjeta roja directa.

En la clasificación histórica del Real Madrid en cuanto a expulsiones en Liga, Ramos es con diferencia el jugador más sancionado. Superó el 21 de marzo de 2012 a Fernando Hierro, que se retiró con diez expulsiones en 439 partidos (siete por doble amarilla y tres por roja directa).

Ese día, en El Madrigal ante el Villarreal, Sergio Ramos fue expulsado por el mismo colegiado que lo hizo ante el Rayo Vallecano, José Luis Paradas Romero.

La del domingo fue la segunda expulsión de la presente temporada para Ramos. El colegiado Miguel Ángel Ayza Gómez le echó en el partido de Copa del Rey ante el Celta. Tras recibir su segunda amarilla por una fuerte entrada, llamó "sinvergüenzas" de forma reiterada a los colegiados. Fue sancionado con cinco partidos de suspensión, cuatro por insultos y uno por la doble tarjeta.

Su primera expulsión fue un 18 de septiembre de 2005, ante el Espanyol, y con José Mourinho como entrenador ha visto ya cuatro tarjetas rojas.