El Real Madrid acabó con la maldición que lo perseguía en sus visitas al estadio de Gerland al superar por primera vez al Olympique Lyonnais en su campo, gracias a la puntería de Cristiano Ronaldo, autor de los dos goles.
Un doblete que clasifica matemáticamente al conjunto blanco para los octavos de final de la UEFA Champions League. Si bien, la primera plaza de grupo todavía sigue en juego debido a la victoria del Ajax ante Dinamo de Zagreb.
El conjunto de Jose Mourinho no tuvo que realizar un gran partido para rubricar la abultada diferencia de calidad que hoy en día lo separa con el Lyon, ahora condenado a ganar prácticamente sus próximos partidos para meterse en la siguiente fase.
La única sorpresa en el once inicial del técnico portugués fue la entrada de Lass Diarra para cubrir la baja de Arbeloa. Una manera de confirmar a Sergio Ramos como central, en detrimento de Varane o Albiol.
Lyon salió con la intención de presionar alto para incomodar a los centrocampistas blancos. Quería el equipo francés dar una mejor imagen que en el Santiago Bernabéu, en donde se les tachó de cobardes por encerrarse atrás desde el inicio.
Sin embargo poco les duró el planteamiento a los pupilos de Remi Garde. No hay nada más peligroso que adelantar las líneas y dejar espacios para jugadores como Karim Benzema y Cristiano Ronaldo, que cuentan con Özil como suministrador de asistencias de lujo.
A los siete minutos forzó la tarjeta amarilla a Cris, al llegar este tarde y derribarlo sin balón. Y dos minutos después la pesadilla del Lyon conectó con Benzema, pero el francés no pudo batir a Lloris que se lució con una gran atajada. El germano de origen turco se lució poco después con dos caños consecutivos a Réveillère y Cris. El central brasileño se jugó entonces la roja, al volver a derribarlo.
Con Özil desatado, Benzema y Cristiano Ronaldo haciendo malabarismos con el balón y Xabi Alonso moviendo con inteligencia al equipo, no iba a tardar en llegar el gol.
A los 23 minutos una bonita combinación en la frontal del área finalizó con Benzema por los suelos, derribado por Gourcuff. Una falta directa que Cristiano Ronaldo se encargó en transformar, aprovechando el hueco que dejó en la barrera Khedira.
El partido sólo tenía color blanco. El Olympique se había vuelto a encerrar en su área pero porque no le quedaba otra opción ante el vendaval de juego madridista. Hasta recién pasada la media hora de juego el equipo francés no pudo sacudirse el dominio al que se veía sometido.
Özil contó también con una gran ocasión al presentarse solo ante Lloris, pero desaprovechó la ocasión con un disparo flojo y al cuerpo del guardameta.
Briand dio el primer aviso del peligro lionés después de un control con la mano en el área que no pitó el árbitro, y Gourcuff poco después dejó claro que un descuido de la defensa merengue se podría pagar muy caro adentrarse como un tiro en el área y obligar a Casillas a realizar una gran atajada.
En los últimos minutos de la primera parte, Real Madrid cedió terreno y le dio alas al Olympique. Sin embargo al equipo francés sólo le dio para provocar un par de saques de esquina que dieron paso al descanso con la sensación de que se avecinaba una rebelión local.
Y así fue. En la reanudación Lyon fue por todo. Hasta dos penales reclamaron en los primeros minutos por sendas caídas en el área de Ederson y Gomis. El primer remate también fue del equipo francés. Un cabezazo de Koné que detuvo sin problemas Casillas.
El Real Madrid había perdido el control del partido. Si se libró del empate fue por la poca pericia de su rival tanto a la hora de encadenar pases como de rematar. El Olympique también se topó con un Casillas muy seguro, que desbarató con dos grandes intervenciones sendos disparos de Ederson.
Para recuperar el mando del encuentro, los hombres de Mourinho se pusieron a armar contraataques, su otra gran arma. El gol de la tranquilidad llegó en una rápida combinación también en la frontal del área con Ozil a la batuta. El balón le llegó a Cristiano Ronaldo y éste tras regatear a Lloris se enganchó con Dabo. El árbitro señaló penal y el portugués no perdonó.
Con el segundo tanto del luso se puso punto final al partido pese al arranque de orgullo lionés, que quedó en un cabezazo al travesaño de Lacazette y varios disparos sin consecuencias para Casillas.
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