El regreso del brasileño Vinicius Junior, tras más de dos meses de baja por lesión, devuelve la luz a un Real Madrid apagado, con una plantilla abroncada en público por Zinedine Zidane tras caer en Vallecas, que quiere dejar buena imagen ante un Villarreal que busca la salvación.
Vinicius fue el encargado de ilusionar al madridismo durante una parte de la temporada, cuando Santiago Solari le dio paso. Su frescura y estilo de juego aportó algo de esperanza a una temporada que pronto tocaría a su fin. Coincidió con su lesión, de la que ya está recuperado, y con opciones de tener minutos tras ganar ritmo como deseaba Zinedine Zidane.
Los tendrá ante el Villarreal, de inicio o en el transcurso de un encuentro en el que la plantilla madridista debe lavar su cara tras lo ocurrido en Vallecas. Desde el regreso de Zizou, la imagen se salva en el Santiago Bernabéu y se desploma de visitante. Sin nada en juego, solo la presión de su público y no bajar los brazos en su estadio, impulsa a unos jugadores que cuentan los días para el final de temporada.
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