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domingo, 31 de marzo de 2019

Barcelona cada vez más cerca de un nuevo título

Leo Messi, para acercar al Barcelona un paso más al título de campeón de la Liga española, y Iago Aspas, para devolver la vida al Celta de Vigo con una remontada épica, ejercieron el papel de líderes decisivos en un sábado que vivió la reacción del Atlético de Madrid.

La seriedad defensiva, la actuación de Diego López, un sistema que se le atragantó al Barcelona por momentos, hicieron ilusionarse al Espanyol con puntuar en el derbi del Camp Nou diez años después. Todo hasta que apareció Messi. El dominador del fútbol español volvió a dar una exhibición de liderazgo para resolver el duelo en los veinte últimos minutos (2-0).

Una falta suave, tocada con la delicadeza de un genio que intentó salvar Víctor Sánchez y acabó introduciendo en su portería, y un tanto al contragolpe fueron las acciones decisivas de Messi el día que se convirtió en el jugador con más victorias en la historia de la Primera división, igualando las 334 de Iker Casillas.

Con el líder sólido y sin fisuras, cinco victorias consecutivas y un colchón de diez puntos de ventaja, una semana resolutoria en la que visita al necesitado Villarreal y recibe al Atlético de Madrid la inició con un triunfo solvente. Obligó a responder a los del ‘Cholo’ Simeone que se levantaron con carácter para minimizar al Alavés, uno de los equipos revelaciones del curso (0-4).

Le bastaron once minutos en Mendizorroza para mandar a la lona al Alavés de Abelardo Fernández, que solo había perdido un partido de local.

La emoción estuvo en Balaídos. El llanto incesante del héroe del Celta de Vigo, Iago Aspas, que tuvo que regresar de su lesión que le ha impedido jugar en 2019 -apenas 25 minutos el 9 de febrero- para enseñar a marcar a su equipo y liderar el triunfo de la esperanza. Remontó un duelo directo ante el Villarreal para recuperar vida pese a no salir de la zona de descenso (3-2).

Perdía 0-2 al descanso. Un castigo excesivo a su endeblez defensiva, cuando Aspas se echó el equipo de su corazón a la espalda, marcó un gran tanto de falta que devolvió la esperanza a Balaídos, que empujó hasta que Maxi Gómez empató con un testarazo y la remontada la cerró de penalti Iago con su doblete.

El Celta llevaba seis jornadas sin ganar y no había marcado en sus cuatro últimos partidos de LaLiga.


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