Un postrero gol del francés Karim Benzema aplacó el nuevo sonrojo que estaba sufriendo el Real Madrid, que rozó un nuevo tropiezo en el Santiago Bernabéu, esta vez ante un colista como el Huesca al que se le escapó la gloria entre los dedos y acabó por sucumbir por 3-2.
El atacante galo resolvió con un buen disparo con rosca un partido que se le escapaba al equipo de Zinedine Zidane. El once alternativo que planteó, ante menos de 50.000 espectadores, fue una prueba del estado de un equipo que, tras perder cualquier opción al título, trata de no empeorar la imagen de una mala temporada pero que no encuentra las buenas sensaciones.
El Huesca quiere mantener vivo el sueño de la permanencia. La tiene a siete puntos, pero se niega a rendirse. Llegó atrevido a su primera comparecencia en el Santiago Bernabéu y tuvo muy, muy cerca, un resultado histórico. No acertó en algunas ocasiones claras y lo pagó por la calidad de Benzema.
Llegó el conjunto oscense a ir por delante en el marcador con un tempranero tanto del colombiano ‘Cucho’ Hernández y tuvo arrestos para frenar la remontada madridista con un tanto de cabeza de Xabier Etxeita.
El Real Madrid volvió a las andadas que le costaron el puesto a Julen Lopetegui y a Santiago Solari. Sin rumbo, con desorden, rozó el sonrojo. Pareció revertir la situación en cuanto al resultado con los tantos de Isco Alarcón y Dani Ceballos, pero necesitó un acelerón final y la inspiración de Benzema.
La victoria, sufrida y gris, al menos permite al conjunto de Zidane no dimitir también, al menos de momento, al segundo puesto. Tiene al Atlético de Madrid a dos puntos. De paso, consolida su puesto de Liga de Campeones, cuestión que no es menor.
Su próximo rival, el Valencia, dio un golpe en su afán por alcanzar la zona Champions a costa de un rival directo como el Sevilla, al que venció en el Ramón Sánchez Pizjuán por 0-1 con un tanto de penalti de Dani Parejo.
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