"Creo que su periodo de adaptación ha terminado. Está bien, tiene confianza y es un jugador muy importante para nosotros". Así habló el entrenador Carlo Ancelotti de Gareth Bale tras el partido que el Real Madrid ganó 4-0 al Valladolid con tres goles del galés, cuya "pretemporada" ha concluido de forma sonora tras firmar sin hacer ruido cifras de jugador franquicia.
Eso es lo que más deseaba Florentino Pérez. El presidente de la entidad madridista tuvo que sufrir mucho durante el arranque del curso, cuando su principal apuesta del verano no carburaba tras pagar entre noventa y cien millones de euros.
Esos números, según quién dé la información (Tottenham o Real Madrid), podrían convertir el traspaso de Bale como el más caro de la historia del fútbol y, por ende, meter más presión a un jugador afectado por unas lesiones inoportunas que le impidieron rendir desde que llegó al club merengue. Florentino Pérez, uno de los autores intelectuales de ese desembolso, también sudaría la gota gorda al ver las dudas que generó un jugador que brilló en la Premier League.
Sin embargo, el encuentro ante el Valladolid terminó por cerrar un debate que poco a poco se fue diluyendo tras las últimas apariciones del galés. Bale ha ido cosiendo cicatrices en forma de lesiones y poco a poco se ha adaptado al esquema de Ancelotti. Ha expulsado la presión que tenía encima con casi todos los focos pendientes por su condición de fichaje mediático del año.
El duelo con el Valladolid marca un punto de inflexión definitivo en un jugador que en pocos partidos ha logrado unos números asombrosos. En Liga suma siete dianas en nueve encuentros. En Europa ha hecho dos en cuatro. Y, además, en la competición de la regularidad ha dado seis asistencias.
Ya ha hecho los mismo goles que Mesut Özil en la primera temporada del alemán, traspasado al Arsenal en verano. Fue una de las víctimas de Bale.
El coste del galés exigía ingresos para llenar las arcas madridistas. El elegido fue Özil, uno de los mejores jugadores del mundo en su demarcación. Hubo muchas críticas por esa venta, pero en un tercio de la temporada, Bale ya ha igualado algunos de los números del año en el que se estrenó el germano.
Y, además, con su "hat trick" perfecto (marcó con la izquierda, con la derecha y de cabeza), ha conseguido algo que jugadores como Lionel Messi aún no han hecho. Otros como su compañero Cristiano Ronaldo tardaron 62 partidos en lograr el triplete perfecto. A Bale le ha costado trece duelos.
El galés crece poco a poco y en los partidos suma como una hormiga. Apenas se nota su presencia en muchos tramos de los encuentros, pero casi siempre, poco a poco, va aportando historias hasta sumar estadísticas de futbolista más que brillante.
"He marcado tres goles pero espero mejorar. Puedo hacerlo. Quiero seguir mejorando y trabajando duro en los partidos y en los entrenamientos. También aprender de los mejores, como Cristiano Ronaldo. Él es el mejor jugador del mundo y merece recibir el Balón de Oro", dijo a los medios mientras sujetaba el balón que se llevó a a casa después de firmar sus tres goles al Valladolid.
"Siempre es un placer marcar, pero más aún poder hacer un triplete en el Santiago Bernabéu. Estoy muy contento aquí.
Necesitaba tiempo para adaptarme después de no tener pretemporada, pero ya estoy mejorando. Todo lo que esperaba se ha hecho realidad", agregó.
Humilde y trabajador, Bale no quiere hacer sombra a nadie. Y menos a Cristiano Ronaldo, lesionado en los dos últimos encuentros y muy bien sustituido por el galés. Sabe que el internacional portugués es el verdadero modelo de la pasarela de Florentino Pérez por la que casi cada verano pasea un jugador llamativo.
Con el permiso de Cristiano, Bale ha conseguido buenas cifras. Números de hombre franquicia. Con permiso de Cristiano, claro. Y para regocijo de Florentino Pérez.
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