El Barcelona derrotó al Bayern por cero goles a dos en la final de la Audi Cup, logrando su primera victoria de la pretemporada y también su primer triunfo en la ciudad de Múnich. Tras los empates ante Hajduk Split e Inter de Porto Alegre, el conjunto azulgrana se impuso merecidamente con una mezcla, una vez más, de jugadores del primer equipo y jugadores del conjunto filial. Thiago Alcántara marcó los dos tantos del choque. Tras aprovechar una asistencia de Soriano para abrir el marcador justo antes del descanso, el canterano se inventó una rosca que colocó en la escuadra desde la frontal del área para cerrarlo con una auténtica obra de arte a quince minutos del final.
Tras las dos embestidas iniciales del Bayern, el Barcelona se hizo con el dominio del partido a través de la posesión del balón. Los de Guardiola lograron instalarse en la línea de tres cuartos de ataque sin dar apenas opciones a su rival para intentar salir al contragolpe o con la pelota jugada. El conjunto alemán optó por limitarse a seguir ordenado atrás con dos líneas de cuatro para no dejar espacios, dando como resultado un juego lento muy horizontal y casi nula verticalidad.
A dos minutos del cuarto de hora de partido, David Villa transformó un lejano lanzamiento de falta en la primera ocasión clara de gol del encuentro con la involuntaria colaboración del guardameta Butt. El equipo español comenzó a practicar su habitual fútbol de toque con la intención de desgastar física y psicológicamente a su rival, que respondió con una pobre y constante basculación de izquierda a derecha sin intención alguna de romper el dominio azulgrana. El buen hacer culé dotó al partido del todo el ritmo necesario que se le puede exigir a un choque veraniego.
La resistencia defensiva local comenzó a flojear a medida que pasaron los minutos. Un disparo de Soriano desde la frontal del área y un pase largo, al que estuvo cerca de llegar Villa, fueron una buena muestra de que el campeón de Europa estaba consiguiendo desbaratar la telaraña construida por un rival que hasta entonces se limitó a defender de forma ordenada y sin prisas. Fue entonces cuando los de Heynckes comenzaron a tomar la palabra con rápidos y peligrosos contragolpes que tuvieron como resultado la primera y única ocasión del Bayern en la primera mitad, en los pies de Alaba y con un Víctor Valdés solvente en el mano a mano.
Cuando todo indicaba que la falta de pegada del Barcelona mandaría a los jugadores a los vestuarios con el resultado inicial, Jonathan Soriano y Thiago Alcántara intercambiaron sus papeles para abrir el marcador. El delantero centró y el centrocampista remató con la coronilla para superar a Butt tras anular a su marcador con un gran salto y conseguir su segundo tanto en la Audi Cup. Así, el equipo español logró el botín que mereció por su dominio y del que careció durante muchos minutos por su falta de pegada arriba.
La segunda mitad del partido comenzó con el único cambio de Pinto por Valdés, que fue atendido por molestias en el intermedio, y con un Barcelona dominador desde el arranque y con el objetivo de construir con más rapidez que en los primeros cuarenta y cinco minutos. En el tramo inicial del segundo acto las ocasiones de peligro brillaron por su ausencia. El transcurso del tiempo hizo despertar al Bayern, que logró plantearle serios problemas al Barcelona en cuanto a la posesión del balón.
Jeffren, Afellay, Riverola, Carmona, Armando y Cuenca entraron en el partido en sustitución de Maxwell, Pedro, Iniesta, Dos Santos, Villa y Soriano. Este último abandonó el terreno de juego en camilla tras una desafortunada jugada en la que sufrió un fuerte golpe en su pierna derecha. Poco después se supo la desgraciada noticia de que el jugador sufre una lesión en el ligamento cruzado posterior de la rodilla derecha. Mientras tanto, Heynckes dejó claras sus intenciones con la entrada de mucho de sus jugadores titulares. El conjunto alemán se lanzó a por el empate e imprimió al encuentro una velocidad mayor que la vista hasta entonces y que propició numerosas pérdidas de balón del Barcelona producto de la precipitación.
La mejor ocasión del Bayern en el segundo acto, en los pies de Boateng, fue la antesala del segundo gol del Barcelona. Thiago Alcántara se inventó una rosca imposible en la frontal del área que le sirvió para clavar el balón en la escuadra de la meta rival y cerrar el marcador con una auténtica obra de arte.(as.com)
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