El Real Madrid vapuleó al Celta de Vigo con el portugués Cristiano Ronaldo ejerciendo su liderazgo y respondiendo a unos silbidos de la grada con cuatro goles (7-1), para llegar lanzado a la Liga de Campeones, tras unas jornada que dejó el triunfo de Las Palmas en El Madrigal, para cortar la racha de catorce partidos sin perder del Villarreal. La brillantez del Celta desapareció a base de goles el día que Cristiano escuchó silbidos de la grada y se echó el equipo a sus espaldas. Con su póker de tantos, la sexta ocasión que lo consigue en el Real Madrid, desató una goleada que abrió el portugués Pepe, siguió con una reivindicación particular Jesé Rodríguez y culminó el galés Gareth Bale. Reaparecía tras casi dos meses de lesión con buena imagen para sumar al equipo de Zinedine Zidane en un momento clave. La sorpresa del sábado llegaba en El Madrigal donde la necesidad de Las Palmas le empujó a un partido serio, de raza, ante un Villarreal que intentó todo pero le faltó el remate. Llevaba catorce encuentros sin perder en Liga y un solitario tanto de David García fue suficiente para alejar cuatro puntos del peligro al conjunto insular (0-1). Alphonse Areola, portero francés de ascendencia filipina, venía de dejar seis jornadas consecutivas su portería a cero. El día que se rompió su récord su equipo se atascó en ataque. El Sevilla tenía al fin en su mano un triunfo a domicilio, gracias a una falta del argentino Ever Banega, cuando a la desesperada el defensa uruguayo Emiliano Velázquez salvó la cabeza de su entrenador, Fran Escribá (1-1).
Iba el Getafe camino de su séptima derrota consecutiva cuando al menos salvó un punto ante un Sevilla que no sabe ganar a domicilio, único equipo de la Liga BBVA que aún no ha firmado un triunfo lejos de su estadio. Se mantiene quinto pero desaprovecha la ocasión de recortar distancias al Villarreal y acercar el sueño de la Liga de Campeones. Mientras que los de Escribá ya ven a un punto la zona de descenso.
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