Real Madrid accedió a los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras repetir el resultado de la ida ante el Roma (2-0), con tantos al contragolpe de Cristiano Ronaldo y James Rodríguez en un duelo en el que concedió demasiadas oportunidades que contrarrestó un gran Keylor Navas.
El aviso de hace un año del Schalke y una 'maldición italiana' por romper de 29 años estaba en la mente de cada jugador del Real Madrid al saltar a un Bernabéu vestido de gala en noche europea.
El equipo de Zidane buscó su identidad en un duelo grande. Le ha faltado ante equipos como Barcelona o Atlético de Madrid, muestras de lo que le espera en su camino en la Champions, en partidos en los que para ser campeón no podrá conceder tantas ocasiones y que marcará su éxito o su rotundo fracaso en este curso.
Era un encuentro para tomar decisiones y a Zidane no le tembló el pulso. Sentó a Varane y tiró de galones con Pepe, inconmensurable en el centro de la defensa desde su regreso, y vio insostenible la pareja Isco-James. Su apuesta era Casemiro y la consistencia que da la figura del brasileño en el medio centro. El Roma salía con todo, con cuatro delanteros, y la labor defensiva se antojaba vital.
Rapidez en el toque, velocidad en el juego, máxima entrega y disparos cada vez que se veía portería eran órdenes directas de Zidane. Ninguno de sus jugadores dio por sentenciada la eliminatoria por los dos tantos de ventaja del Olímpico y la incertidumbre duraría hasta que marcasen un gol.
El contragolpe aparecía como la mejor opción ante un Roma volcado de inicio, con un puñal en Salah, imposible de frenar para Marcelo. Spalleti apostaba por un jugador que no había sido de su confianza, Dzeko, que fijaba a los centrales blancos y ofrecía remate a los centros desde los costados.
En sus botas estuvo la resurrección de la eliminatoria al cuarto de hora. Salah se fue de todos explotando su velocidad. Ramos y Modric no le alcanzaron y su centro al punta bosnio acabó en un disparo desviado, solo ante Keylor. La falta de confianza del goleador que no juega.
Con Cristiano Ronaldo de nueve y Bale generando desequilibrio en la izquierda, al fin en su verdadera posición, los intentos blancos llegaron en acciones del portugués. Pidió mano de Manolas dentro del área, que lo fue pero involuntaria, Marcelo dio frescura pero disparó al lateral de la red, y Kroos y Modric, más liberados con la espalda cubierta, probaron la seguridad de Szcsesny.
La igualdad marcaba el duelo hasta que aparecía Salah. Otro jugadón no lo concluyó de forma acertada, con Perotti solo para marcar, y perdonó un mano a mano con Keylor que habría instalado el nerviosismo en el coliseo madridista.
Según bajaba el tono físico el Roma, aparecía Modric para hacer correr a sus rivales tras la pelota. Exquisitez en un túnel y asistencia a Cristiano, que disparó con rapidez con la zurda ante la buena salida de Szcsesny. Un toque sutil habría sido gol. Tuvo otra en carrera, como más le gustan, pero el meta adivinó sus intenciones.
Bale también apostó por la potencia en un disparo desde la frontal y ante la falta de gol la afición pidió más a James. Anda el colombiano tan sobrado de voluntad como falto de acierto.
Siempre toma un segundo tarde sus decisiones, sin chispa. Los silbidos fueron un aviso y despertó. En la segunda mitad se vació para cambiarlos por aplausos. Comenzó con una tijera que sacó con brillantez Szcsesny.
Murió el Roma por su falta de acierto rematador. Salah, completamente solo, chutaba fuera con todo para marcar. El duelo pasaba a ser de porteros cuando Keylor Navas mantenía al Real Madrid con dos paradas. Voló a un disparo de Florenzi y a un remate de Manolas. Salvador.
Zidane movió el banquillo. Lucas Vázquez al campo por Bale, recién recuperado. La respuesta del canterano, en estado de gracia, no pudo ser más rápida. Encaró desde la derecha y sacó un buen centro para que Cristiano, adelantándose al marcaje del central, marcase el 1-0 a los 64 minutos.
Ni un milagro salvaría ya al conjunto italiano, que al volcarse dejó espacios y el Real Madrid es experto en aprovecharlos. Los contragolpes fueron letales. James se vació en uno y encontró la asistencia de Cristiano para firmar el definitivo 2-0.
Cristiano aún tuvo otro, pero acarició el poste tras otra exhibición de velocidad y Keylor echó el telón con otra gran parada a un disparo ajustado a un poste. Los hombres de Zidane se agarran a la 'Champions', su tabla de salvación.
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