La Fundación Alalay acaba de recibir un voto de confianza a las actividades que realiza junto con su homóloga del Banco Mercantil Santa Cruz (BMSC) en beneficio de cientos de niños bolivianos en situación de riesgo. En Madrid, España, suscribió la renovación de un convenio por los próximos cinco años con la Fundación del Real Madrid, uno de los clubes de fútbol más grandes del mundo.
En el acto realizado en uno de los ambientes del estadio Santiago Bernabéu, el siempre estelar Emilio ‘Buitre’ Butragueño representó al club madridista expresando su beneplácito por los resultados del convenio y auguró los mejores resultados en beneficio de la niñez boliviana necesitada de una mejor esperanza de vida. Ejecutivos de Alalay y del BMSC también destacaron la importancia de la firma del documento a la que asistió la embajadora de Bolivia en España, Carmen Almendras. “Esto es muy gratificante para el país porque ha sido ampliado un convenio que ofrece mejores oportunidades a nuestros niños”, dijo la embajadora a tiempo de destacar la responsabilidad de las contrapartes bolivianas en la ejecución de los programas establecidos con el Real Madrid, a cuyo principal centro de entrenamiento en Valdebebas llegarán en octubre una veintena de chicos bolivianos como invitados especiales.
La directora ejecutiva de la Fundación Alalay, Claudia Gonzáles, dijo que la renovación del convenio implica mayor compromiso y responsabilidad, estimulando además la apertura de nuevas escuelas sociodeportivas en el país. Actualmente, Alalay y el BMSC fomentan el funcionamiento de escuelas en las ciudades de La Paz y de El Alto, proyectándose este año la apertura de otras en Santa Cruz y en Cochabamba.
Por su parte Darko Suazo, presidente del BMSC, manifestó su orgullo y satisfacción por la renovación del convenio. “Ha quedado demostrado que el Real Madrid confía en nosotros porque se ha hecho un muy buen trabajo en Bolivia. Nosotros vamos a seguir aportando nuestro granito de arena para que muchos niños bolivianos, a través del fútbol, puedan formarse en valores y convertirse también en mejores ciudadanos”, subrayó.
Hernán Gonzáles, gerente de Responsabilidad Social del Mercantil Santa Cruz, confía en que el BMSC y la Fundación Alalay les seguirán dando vuelo a las escuelas sociodeportivas que ya han beneficiado a alrededor de 600 niños en Bolivia. “Hay dos buenos socios: un ejecutor que es Alalay y un patrocinador que es el Banco que tienen como reto la sostenibilidad de un proyecto para que pueda crecer y llegar a más niños en el país”, subrayó
El niño del charango
Joaquín tenía 7 años y para combatir el frío por las noches se acurrucaba junto a otros chicos de su edad bajo la estatua del Soldado Desconocido en un paseo de la ciudad de La Paz. Era una de las indefensas criaturas libradas a su suerte en las calles paceñas.
Corría 1990 y Claudia Gonzáles cursaba el primer año de Ingeniería Civil en la UMSA. Le tocó presenciar aquella escena y conoció a Joaquín, el más pequeño de todo el grupo y que con un charango se ganaba el sustento diario. No conocía a su padre, su madre lo maltrataba y al morir su abuela quedó en completo desamparo. Conmovida por el drama, Claudia llevó al niño a su casa y poco tiempo después, con el apoyo de algunos amigos suyos y voluntarios, sumaban cincuenta los chicos como Joaquín que tuvieron la oportunidad de estudiar.
Al mismo tiempo, la familia de Claudia alquiló una casa que sirvió de vivienda para esos niños y en 1993 se creó la Fundación Alalay, que orientó acciones y esfuerzos para ofrecer techo, alimentación, salud y educación a chicos golpeados por la vida. Una pelota y el fútbol fueron las herramientas que ayudaron a esos primeros niños cobijados a dejar la calle y a mitigar sus penurias.
Hoy Joaquín, el niño del charango, tiene 27 años, es casado y padre de dos niños. Estudió Educación Física y ayuda a las escuelas socio-deportivas de Alalay.
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