Barcelona tuvo conocimiento de primera mano que durante el pasado mes de agosto el PSG realizó algunas maniobras para tantear el posicionamiento de Neymar y del Santos ante la eventualidad de un posible traspaso.
Leonardo, a través de su amigo y antiguo representante Wagner Ribeiro, casualmente asesor del astro, aprovechó el fichaje millonario y desproporcionado de Lucas Moura por el PSG -42 millones de euros y no se incorporará hasta el mercado de invierno- para evaluar si el club brasileño estaría en disposición de dejarse seducir por una oferta en firme que rompiera las voluntades de su presidente y del futbolista.
Según consta en las oficinas blaugrana, la intentona no fue a más y el presidente Luiz Álvaro de Oliveira desveló que la gran estrella brasileña será jugador del Barça una vez finalice su etapa en Brasil. El crack quiere seguir creciendo en su juego y considera que nadie mejor que el actual Barcelona y su modelo futbolístico para llegar algún día a ser el número uno del mundo. El equipo catalán hace tiempo que da la operación por cerrada a la espera de concretar la fecha de llegada al Camp Nou -todas las estimaciones apuntan a la temporada 2013-14-.
Las filtraciones han sido una constante desde hace tiempo y algunas indiscreciones, como la del propio Wagner Ribeiro a un conocido periodista brasileño, han desvelado que el presidente Sandro Rosell no solo selló el acuerdo mediante un contrato privado con el futbolista sino también concretó el precio de traspaso final con su actual club, el Santos.
En Barcelona, como es lógico y normal, se opta por la callada por respuesta ante todas las preguntas que hacen referencia al fichaje estrella de la próxima temporada. Nadie se atreve a confirmar ni desmentir una operación de primera magnitud que ha liderado personalmente Sandro Rosell.
Sin embargo, desde Brasil, no solo se ratifica el fichaje sino que además se constata que un primer pago económico de la operación y buena parte de las comisiones habituales ya se habrían abonado para evitar frentes complicados en un futuro, tal y como adelantó SPORT de Catalunya hace varios meses.
El optimismo reina en el Barça por muchos motivos. La operación se ha llevado con cierta maestría desde su inicio y contempla algunos detalles que desvelamos a continuación. Rosell jugó fuerte desde el principio de los contactos. El presidente arriesgó pero se guardó un pequeño as en la manga justo en el momento de redactar el contrato privado que en su día firmó el delantero del Santos.
Era la prueba más que evidente de la fidelidad y el compromiso que todas las partes contraían en ese momento. Y es que si el traspaso de Neymar al Barça sufre un contratiempo y finalmente no se lleva a cabo por el motivo que sea, el Barça se blindará con una cláusula de penalización tasada en 40 millones de euros. Una cifra más que respetable que ahuyenta a buena parte de los posibles compradores.
No parece fácil, salvo un par de fortunas aisladas que se refugian en el City o el Paris Saint Germain, que un club haga frente a un traspaso millonario con el Santos -la cláusula de Neymar asciende a 65 millones de euros-, a esta cantidad debería añadirse la indemnización pertinente al Barça en nombre del crack -otros 40 millones de euros- y, por último, asumir una ficha de primer nivel en un contrato de larga duración. En cualquier caso, una negociación que desbordaría los 150 millones de euros. Una auténtica barbaridad.
Fuentes del Barça se han limitado a señalar que la operación del crack del Santos sigue su curso. Todo transcurre según lo previsto. No hay comentarios añadidos ni muestras de nerviosismo ante la más que evidente interferencia del PSG de Leonardo.
Es público y notorio que Wagner Ribeiro y Sandro Rosell no mantienen buena relación y que el Barça habría optado por otros agentes futbolísticos para maniobrar en su día y lograr el favor del futbolista y su entorno más cercano.
Una jugada maestra que encandiló al jugador y dejó en fuera de juego al Real Madrid y todo el dispositivo planificado por su presidente, Florentino Pérez.
El Santos ya trabaja desde hace meses en la reconstrucción de su plantilla. El escenario que maneja Luiz Álvaro de Oliveira obliga a buscar alternativas de primer nivel en el mercado para subsanar la marcha de varios de sus jóvenes cracks. Sin lugar a dudas, la más importante es la de Neymar da Silva.
El calendario apunta al próximo año y ya ha trascendido el interés del club brasileño en repatriar de forma inmediata a otra de sus estrellas venida a menos en el fútbol europeo. Y es que Robinho todavía guarda un buen cartel en su país y sería considerado como una buena alternativa ante la inminente llegada de Neymar al Camp Nou. La afición acogería al actual delantero del Milan como un mal menor.
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