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domingo, 25 de mayo de 2014

Ramos logra el título con el que soñaba



La espina que tenía clavada Sergio Ramos con la Liga de Campeones, el título con el que tanto soñaba y que siempre se le resistía desde su llegada al Real Madrid, se la quitó a lo grande, marcó el gol de resurrección.

Era el minuto 93 de una final que se encaminaba hacia una derrota durísima por un error de Iker Casillas, cuando Sergio Ramos se elevó más que ningún rival para rematar el saque de esquina puesto por Luka Modric, y ajustar su testarazo al poste inalcanzable para la estirada del belga Thibout Courtois.

Una vez más, su raza salvaba al Real Madrid cuando estaba al borde del abismo, encaminado a la que se perfilaba como su cuarta derrota en una final de Copa de Europa. Situado de delantero centro, en esa demarcación en la que comenzó dando sus primeros pasos antes de ir retrasando su posición en el terreno de juego pero sin perder su amor por el gol.

Ramos, el defensa con alma de goleador, fue clave en la conquista de la décima Copa de Europa para el madridismo. Su liderazgo en el vestuario, donde ejerce de capitán a la antigua usanza, lo traslada al terreno de juego.

Le faltaba la Copa de Europa y avisó de que no pararía hasta conseguirla. “Ese gol no es mío, es de todos los madridistas que me empujaron para conseguirlo. Es de mi familia, de mi mujer y de mi niño”, afirmó emocionado.

Atlético revive su pesadilla copera 40 años después

AFP / Lisboa



Discusión. El técnico Diego Simeone discute con el árbitro, luego fue expulsado.

Atlético de Madrid revivió la pesadilla de su anterior final en la Copa de Europa, la de 1974, y volvió a ver cómo se le escapaba en el último instante un título que parecía en la mano y que dejó escapar de la manera más cruel.

El devenir del partido recordó, trágicamente para los colchoneros, lo ocurrido hace 40 años.

Estadio de Heysel, en Bruselas, 15 de mayo de 1974. El Atlético se enfrenta en la final de la entonces Copa de Europa al todopoderoso Bayern de Múnich, un equipo temible.

En la final resistió bien ante el favorito alemán, se llegó con 0-0 al final de los 90 minutos y hubo prolongación, donde en el 112’ Luis Aragonés, anotó, pero el Bayern no había dicho su última palabra y un potente disparo de Hans-Georg Schwarzenbeck batió en el 119 a Miguel Reina.

Fue un duro golpe para los albirrojos, que afrontaron hundidos el partido de desempate, que se jugó dos días después. Todo fue diferente y el Bayern arrolló con un 4-0, dos tantos de Hoeness (38, 83) y de Müller (58, 71).

Como entonces, los rojiblancos acabaron hundidos y entre lágrimas. Quién sabe si se necesitarán otros 40 años para poder disfrutar de otra oportunidad.


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