Decenas de seguidores del Oporto se congregaron ayer a las puertas del aeropuerto Sá Carneiro de la ciudad portuguesa para recibir al portero español Iker Casillas.
El avión en el que viajó aterrizó en suelo luso alrededor de las 20.00 (hora local) y el jugador abandonó el aeropuerto unos 40 minutos después en un vehículo del club, en dirección al hotel, pasando entre los aficionados que se habían agrupado en la puerta VIP del aeródromo y que coreaban su nombre.
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