Ni el Milan era el del pasado miércoles, ni lo pretendía. En el minuto tres Ibrahimovic chutaba al aire -ante la segada de Piqué- y metía el miedo en el cuerpo a todo un estadio que históricamente ha tendido al pesimismo con facilidad. La consigna de Allegri era llegar a Ibra, pero siempre a través de Seedorf, que trató de sobar la pelota desde el inicio.
La diferencia entre ambos equipos está aparte de en sus filosofías, en su sutileza. Mientras Messi falló un gol cantado ante Abbiati por cruzarla con demasiada suavidad, el Milan resulta tosco y seco en sus acciones. Así Mexes se hizo un lío y regalo a Messi en un error que suele ser definitivo, pero Leo en su generosidad se lo dejó a Xavi. El balón llegó a contrapié y la jugada se fue haciendo cada vez más surrealista, Antonini la recuperó y la perdió en menos de un segundo y acabó arrollando a Messi. Penalti inocente y gol.
Aunque el Barça siguió atacando, el paso del tiempo le quitó la efervescencia. Y ahí aparecieron los riesgos del resultado de ida. El Milan se acomodó entre las posesiones del Barça y fue pisando cada vez más área rival. Ibra recibió un balón de los que en el Barça cataba pocos, tuvo tiempo, pensó y dejó a Nocerino solo ante Valdés. Pese a hacer un partido desastroso a la ida, eso daba igual, como buen italiano fusiló al meta sin darle opción.
Un penalti inexplicable para acabar con el problema
Era uno de los escenarios que predijo Guardiola, no el peor, porque aun había tiempo. Lo que el técnico no deseaba bajo ningún concepto era llegar a los minutos finales con una renta corta aunque apta para confiarse. Volvió entonces el Barça a apretar en la medular en busca de un gol rápido antes del descanso. Pero apenas lo necesito.
Porque el Milan repitió pecado. Con la duda de si el balón estaba ya en juego a la salida de un córner, Nesta agarró de forma clamorosa a Busquets donde más se ve y otra vez al penalti. Todo igual, otra vez Messi batía a Abbiati y descanso.
Los rossoneri saltaron con todo el fervor ofensivo que tenían en la segunda mitad. Mejoraron y mucho en líneas generales su imagen del partido de ida. Lo intentaron, se fajaron con la zaga azulgrana y forzaron a Mascherano a una nueva exhibición de rapidez y concentración defensiva.
La tranquilidad llegó para el Barça en el minuto 54 cuando Iniesta se encontró un rechace y superó a Abbiati con finura. El Camp Nou respiró y se deshizo del halo de pesimismo que flotaba por Les Corts. A partir de ahí se sucedió un intercambio de golpes estériles aunque vistosos, alguna fea patada y una lesión, la de Piqué, que abandonó el choque renqueante.
No fue el penalti más brillante del Barça, pero su superioridad fue tal que forzó lo errores infantiles de un rival que está clara mejoría año tras año. Otra vez, la quinta consecutiva, en semifinales para el Barça. Presumiblemente se las verá con el Chelsea en semifinales, el penúltimo paso para seguir haciendo historia.
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Ficha técnica del FC Barcelona 3 - AC Milan 1
3 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué (Adriano, m.75), Mascherano, Puyol; Busquets, Xavi (Thiago, m.63), Iniesta, Messi, Cesc (Keita, m.77) y Cuenca.
1 - Milan: Abbiati; Abate, Nesta, Mexes, Antonini; Ambrosini, Nocerino, Seedorf (Aquilani, m.60), Boateng (Pato, m.69) (Maxi López, m.83); Robinho e Ibrahimovic.
Goles: 1-0, m.11: Messi, de penalti. 1-1, m.33: Nocerino. 2-1, m.41: Messi, de penalti. 3-1, m.53: Iniesta.
Árbitro: Björn Kuipers (NED). Mostró cartulina amarilla a Antonini (m.10), Nesta (m.40), Mascherano (m.66), Robinho (m.77), Cuenca (m.86), Mexes (m.90+1), Maxi López (m.90+2) y a Nocerino (m.93).
Incidencias: Asistieron al encuentro 94.629 espectadores, en partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou.
EFE
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