El Barça tiene previsto anunciar hoy de manera oficial el futuro de su entrenador, Pep Guardiola. Todos los pronósticos apuntan en una dirección: Guardiola dejará el cargo esta misma temporada, al considerar que su etapa en el banquillo del Camp Nou está agotada, independientemente de los títulos que se puedan lograr este curso.
El entrenador ya habría comunicado su determinación al presidente, Sandro Rosell, y esta misma mañana, lo hará a la plantilla, que retomará los entrenamientos en la Ciutat Esportiva a partir de las once de la mañana. En la agenda del presidente, de hecho, ya consta una comparecencia pública para hoy, después del entrenamiento del primer equipo, en la que explicará la decisión final de Pep y ofrecerá su versión de cómo se han desarrollado las últimas horas de la `negociación¿. Faltará comprobar si Rosell aparece ante la prensa en solitario o lo hace acompañado de Pep Guardiola.
Presidente y entrenador se reunieron anteayer, miércoles, a las nueve de la mañana y durante tres horas, en el domicilio particular del técnico, según la información desvelada por SER-Ona FM. En ese encuentro, Guardiola ya dejó bastante clara su postura de dejar el club al final de la temporada, aunque no fue una decisión irreversible ni definitiva.
La reunión (en la que también participaron Andoni Zubizarreta y Josep Maria Bartomeu) terminó con ambas partes dándose unas horas más de margen, pero con la sensación de que Pep se despedirá del Barça. Ayer, Rosell y Guardiola no se vieron. El técnico, de hecho, pasó la mayor parte del día en su casa.
El presidente esperó una llamada del técnico para comunicarle su decisión de manera definitiva para que el club pudiera poner en marcha los mecanismos de comunicación necesarios. En los despachos aún se confía en que Pep acepte seguir al menos una temporada más.
La idea del Barça es enviar un comunicado oficial y, posteriormente, invitar a los medios de comunicación a escuchar la rueda de prensa de Rosell.
Las horas previas estuvieron presididas por la tensión y las dudas: no sería demasiado exagerado afirmar que casi toda Catalunya y por supuesto, todo el barcelonismo, estuvo en vilo, pendiente de la decisión del entrenador. La sensación de que Guardiola no seguiría en el Barça creció con el paso de las horas. El día arrancó con incertidumbre y terminó con el `feeling¿ de que Pep ha puesto punto final a su etapa como entrenador blaugrana, una especie de clima de `predespedida¿ que podría alcanzar su máxima expresión en los próximos días, motivada por diversos factores, desde los puramente personales (básicamente, su familia y la salud de Tito Vilanova) a los profesionales, como el ciclo deportivo de la plantilla o el rendimiento individual de algunos jugadores. Mientras, las redes sociales se llenaron de mensajes de agradecimiento a Guardiola por su capacidad para impulsar al equipo blaugrana hacia una nueva dimensión de éxitos y también de preguntas sobre el futuro del Barça.
La junta directiva, entretanto, llevó a cabo un último movimiento para intentar asegurar la continuidad de Guardiola: según TV3, el club le ofreció a Pep un cheque en blanco para firmar la renovación, una manera de transmitirle su confianza absoluta y de subrayar el mensaje de que Pep es el entrenador idóneo.
Sin embargo, la posibilidad de que Guardiola anuncie que no sigue en el Barça obliga a la junta a poner en marcha el plan B y a estudiar los técnicos que pueden adaptarse mejor a las circunstancias del equipo y del club. Venga quien venga a suplir a Guardiola, tendrá un papel especialmente delicado. Suceda lo que suceda con Pep, su sombra será muy alargada.
El propio Guardiola no tardará en explicar los motivos de su decisión: como muy tarde, el técnico comparecerá mañana, sábado, en la previa del Rayo Vallecano, el momento en el que todas las dudas se despejarán de manera definitiva. Será el primer día de la era `post-Guardiola¿ si Pep comunica su adiós, por más que aún esté en juego el último título de la temporada, la Copa del Rey
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