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sábado, 2 de abril de 2016
Remontada del Madrid para derrotar al Barza
El Real Madrid ganó el clásico (1-2) tras unos minutos finales muy brillantes y reclamó protagonismo en la Liga, en la que el Barcelona sigue líder, pero con menos ventaja respecto al segundo, el Atlético, que hoy ganó 5-1 y queda a seis puntos de los azulgranas.
El partido que debía servir para ofrecerle un homenaje a Cruyff y a su legado fue una copia mala de la mejor versión que tiene el Barcelona, que además pone fin a su racha de 39 encuentros seguidos sin conocer la derrota. El Barza más espeso de la temporada salió del Camp Nou líder pero abatido, pues ni fue mejor ni supo poner en escena algo del fútbol que atesora.
Salió el Madrid a no dejar espacios, tirando la defensa arriba y reduciendo la zona media, donde acostumbra el Barza a mover más y mejor el balón. Sí que lo pudo mover, pero sólo cuando transitaba el cuero por la defensa, ya que en los pies de Iniesta, Rakitic o Busquets, el fútbol del Barcelona no fue nada fluido.
Subió metros Lionel Messi para incrementar los efectivos en la medular y la banda derecha quedó para un Dani Alves que tenía doble trabajo: maniatar a Cristiano Ronaldo y aprovechar la autopista que tenía por delante. Poco recorrido tuvo el brasileño por una banda que su compatriota Marcelo guardó bien.
Al Madrid le estaba saliendo un buen partido: arriesgar lo mínimo y volver a fiar todo su potencial a que Cristiano o Bale enganchasen un balón y por velocidad y acierto hiciesen el resto. Pero el Madrid esta noche en el Camp Nou estaba más por la defensa que por las aventuras en el campo azulgrana.
Al Barcelona le costó horrores acercarse a la meta de Navas y en un saque de portería de Bravo, el balón lo disputó Suárez, después fue a Neymar, quien en un centro preciso envió el cuero al uruguayo y éste, sorprendentemente, falló un gol cantado, error tras el cual los madridistas protestaron un fuera de juego previo, que acabó con una amarilla a Sergio Ramos.
Modric, uno de los blancos más brillantes en los primeros 45 minutos, trazó un pase a Bale que, por la banda derecha, lo reenvió al centro, justo en el instante que Piqué se echó al suelo y desbarató una clara acción de gol.
No era la primera vez que al conjunto culé se le planteaba el desafío de un rival resguardado en su cueva, pero solía pasar que con los minutos la intensidad daba paso a una secuencia de acciones con goles. Esta noche, el Barcelona vio un Madrid muy diferente del que se topó en la primera vuelta. El equipo de Zinedine Zidane estuvo muy seguro atrás y por las bandas tanto Marcelo como Carvajal cuajaron minutos de mucha corrección táctica.
Ante este nuevo colapso, y con una defensa rival atrevida y adelantada, ni Messi encontraba conexiones ni Suárez y Neymar ofrecían movimientos para romper un sistema defensivo que se había impuesto claramente.
Las oportunidades del Barza llegaban a cuentagotas: en el minuto 16 Iniesta disparó y Ramos en el suelo sacó el balón y tres minutos después fue Navas quien sacó un balón envenenado de Rakitic. En el 24’, Messi pidió penalti por una entrada de Ramos, que en realidad fue fuera del área, pero el árbitro, que estaba encima de la acción, no frenó la jugada.
La primera ocasión que tuvo Cristiano, en una noche de alta intensidad con el marcaje de Dani Alves, fue en el minuto 25, cuando se coló por la otra banda y, tras superar a dos rivales, envió un fuerte disparo al que Bravo respondió con los puños.
El Madrid se creció en unos momentos en los que tocó el balón en el centro del campo y en un contragolpe que arrancó Bale acabó frenado por Mascherano, que vio una amarilla, cuando tanto Benzema como Cristiano habían buscado líneas de pase. En la falta directa, el portugués envió el balón a las nubes.
En el último suspiro del primer acto, el gol merodeó las dos porterías, con un disparo alto de Alves y en el 43 con una clamorosa oportunidad de Benzema, que se encontró con un balón en el punto de penalti sin oposición y lo envió por encima del travesaño.
No hubo cambios en la reanudación y tampoco en el mapa del partido, con un guión muy ajustado a lo visto en la primera parte, con un Madrid más pasivo que activo y que en una falta de Ramos a Suárez temió perder al capitán por una amarilla que no llegó, a pesar de la protesta de todos los azulgranas.
No se guardó nada el Madrid a la hora de defender. Los incansables Kroos, Modric y Casemiro encontraron socios indispensables para la tarea de contener al Barça, como Cristiano Bale. Destacaron por encima de todo las ayudas que brindaron para anular en lo posible a Messi, propósito que al Madrid le funcionó bastante bien.
Y cuando delante se abría una brecha, entonces ahí estaba Keylor Navas para salvar los muebles, como en una picada que le hizo Messi y el centroamericano sacó las uñas para evitar el primer tanto del Barcelona en el minuto 54.
En el siguiente minuto, Piqué, que se había quedado en el Bernabéu con las ganas de haber firmado el 0-5 en la primera vuelta liguera, dejó retratado en un córner a Pepe en el marcaje, y tras sortearlo encaró el balón que venía de la esquina para marcar el 1-0.
La reacción del Madrid fue inmediata y llegó con una acción individual de Marcelo, que cedió el balón a Kroos y éste, tras un centro algo defectuoso, conectó con Benzema, que a la media vuelta empató el partido (1-1). Bale, desde la frontal, tuvo el 1-2 porco después.
El Barcelona creía que con el 1-0 había hecho lo más costoso del trabajo y que ya sólo le quedaba matar el partido y que pasasen los minutos, pero con el empate volvió a las andadas, con una gran incapacidad para crear juego ofensivo y con un centro del campo bastante incapaz de imponerse y dominar el partido.
A diez minutos del final, Cristiano buscó el gol con un disparo desde fuera del área que Mascherano neutralizó desde el suelo. En la siguiente jugada, Suárez conectó un derechazo que salió rozando un poste.
Zidane había sacado a Jesé y el Madrid se había hecho con el partido. En un centro de Cristiano, Bale marcó de cabeza el 1-2, pero el árbitro lo anuló por una falta del galés a Alba en el salto, pese a las protestas de los jugadores madridistas. En el alud blanco, Cristiano envió un balón al travesaño y casi a continuación el Madrid tuvo una ocasión más.
El momento madridista parecía que se iba a frenar en seco a los 37 minutos del segundo tiempo cuando, tras una entrada por detrás de Sergio Ramos, el Madrid perdió a su capitán por expulsión, pero en un contragolpe arrancado por Carvajal, tras un centro largo, Cristiano controló el balón con el pecho y, con un duro disparo, marcó por debajo de las piernas de Bravo (1-2).
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