A más de uno le chocó la alineación de Luis Enrique contra Georgia la semana pasada. Ni un futbolista del Real Madrid en el once de la Selección cinco años y medio después de la última vez que sucedió algo así. No fue una coincidencia. Si la década pasada fue la de la españolización del Real Madrid, en esta el club va camino de circular precisamente en sentido contrario. Ahora mismo tiene abiertos frentes de salida con tres futbolistas nacidos en España (el capitán Sergio Ramos, Lucas Vázquez e Isco, todos internacionales, por cierto) y a otro, Mariano, se le lleva poniendo en el mercado desde hace casi dos años. La situación de Ramos se ha complicado incluso más, al romperse precisamente con la Selección y de manera controvertida. Si todos salen, el Madrid se quedaría con apenas cuatro futbolistas nacidos en España: Carvajal, Asensio, Nacho y Odriozola. Una situación que le complicaría sobremanera a la entidad cubrir la cuota de ocho jugadores ‘nacionales’...
Es una sangría de talentos españoles que ha ido acentuándose. Desde el fichaje del malagueño Brahim en enero de 2019 el club ha firmado ocho futbolistas más y todos fueron extranjeros. Hazard, Jovic, Mendy, Militao, Rodrygo, Reinier, Kubo y Areola por un valor total de 330 millones de euros.
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