El Real Madrid dejó casi resuelto el campeonato español gracias a una victoria por 1-4 sobre el Celta de Vigo en el partido que se disputó este miércoles en la cancha de Balaídos correspondiente a la jornada 21, aplazado desde febrero.
La combinación surtió efecto antes de que se cumplieran diez minutos, cuando el portugués abrió la puerta con un disparo pegado al palo tras recibir un balón largo de Isco, y repitieron la dosis al 47’, ya en la segunda parte, esta vez con un movimiento magistral del malagueño antes de asistir al ‘7’ para el 2-0.
El partido, a partir de entonces, salió algo de control. Celta, agobiado por una cuestión de honor, buscaba volver a toda costa. Le enfurecía la desventaja, y a la grada, los nervios de Guidetti, que tuvo a Keylor a su merced en dos ocasiones y no pudo ni realizar el disparo. El sueco tuvo su premio al 67 cuando puso el 1-2 en un descuido merengue.
Pero a los locales les duró poco el gusto. Tres minutos después, una combinación entre Marcelo y Benzema había permitido al francés poner el 1-3 en el marcador.
Para entonces el Celta ya jugaba con diez después de que Iago Aspas viera su segunda tarjeta amarilla - una decisión que a la postre generará polémica dado lo que se estaba jugando el equipo merengue.
El gol de Benzema fue una genialidad, pero también reflejo de la impotencia de los vigueses, que a partir de entonces dejaron de pelear y se limitaron a prevenir una goleada humillante. Y aún con todo el Celta defendiendo su puerta, Toni Kroos se las ingenió para colarse en el área con balón controlado, regatear, y marcar el cuarto.
En la última fecha de LaLiga, entonces, el Real Madrid se coronará con un simple empate, sin importar el resultado del Barcelona, que tiene tres puntos menos.
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