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jueves, 5 de diciembre de 2013
Una biografía de Messi disecciona la carrera del astro argentino
Una biografía del futbolista Leo Messi que cuenta con la autorización de la familia del astro argentino se publica hoy en el Reino Unido (Orion) y llegará a las librerías españolas en marzo (Libro Cúpula).
El periodista español afincado en Londres Guillem Balagué analiza en la obra "Messi" la carrera de un futbolista que, a sus 26 años, está considerado por muchos como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
"Algunos creen que es mejor jugador que Pelé y Maradona, y que es la clave para entender cómo el FC Barcelona fue durante tres años el mejor club del mundo", explica Balagué, que aspira a mostrar en su libro al "hombre que hay detrás de la leyenda".
El periodista ha tenido acceso a la familia de Messi, a los entrenadores que dirigieron su formación como futbolista, a compañeros de equipo y a directivos para escribir el "retrato más perceptivo y convincente" del argentino.
El libro narra cómo el técnico Pep Guardiola descubrió que tenía a sus órdenes a un jugador extremadamente competitivo, incluso en amistosos y partidos que ya estaban solventados.
Balagué describe, entre otros episodios, el enfado de Messi en un encuentro ante el Valencia en 2008 en el que Guardiola le dio descanso en el minuto 81, cuando el Barcelona ganaba ya por 4-0.
"Messi se enfada cuando le sustituyen y también si no le dan el balón cuando él quiere", afirma el periodista en el libro, que recoge el testimonio del también argentino Diego Milito, su excompañero en el Barcelona.
El actual atacante del Inter de Milán cuenta cómo Messi se echa el equipo a la espalda cuando el resultado es desfavorable y asume la responsabilidad de remontar: "Pásamela, yo lo resolveré", explica Milito que le decía "la Pulga".
EFE
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Según Carlo Ancelotti 'Teniendo a Cristiano, ¿quién quiere a Messi?'
Carlo Ancelotti tiene claro que preferiría reforzar otras posiciones antes que fichar a Lionel Messi. ¿El motivo? Sencillo para el preparador italiano, que el Real Madrid ya tiene a Cristiano Ronaldo. "Si pudiera fichar otro jugador para el Real Madrid, no sería Messi, preferiría reforzar otra posición", declaró en la emisora de su país “Radio Capital”. "Teniendo a Cristiano, ¿quién quiere a Messi?", se cuestionó Ancelotti.
El entrenador del Real Madrid se deshizo en elogios hacia Cristiano Ronaldo y su profesionalidad. "Entrena como un canterano más", manifestó Ancelotti antes de agregar que al delantero portugués "Dios le dio un don especial".
Horas después de coronarse en los Premios Marca, el lunes, Cristiano Ronaldo también fue gran protagonista de la Gala de los Premios de la Liga de Fútbol Profesional de España. El madridista se llevó el galardón al Jugador Más Valioso, que por primera vez se instauró este año, superando a un Leo Messi que, por otro lado, se llevó el premio al mejor delantero./
El entrenador del Real Madrid se deshizo en elogios hacia Cristiano Ronaldo y su profesionalidad. "Entrena como un canterano más", manifestó Ancelotti antes de agregar que al delantero portugués "Dios le dio un don especial".
Horas después de coronarse en los Premios Marca, el lunes, Cristiano Ronaldo también fue gran protagonista de la Gala de los Premios de la Liga de Fútbol Profesional de España. El madridista se llevó el galardón al Jugador Más Valioso, que por primera vez se instauró este año, superando a un Leo Messi que, por otro lado, se llevó el premio al mejor delantero./
Bale - 'Ney', el Galés lleva ventaja
Gareth Bale y Neymar están siendo dos de los principales protagonistas del arranque de curso. Ambos llegaron a Madrid y Barsa como los grandes refuerzos de la temporada, complementos ideales de Cristiano Ronaldo y Messi. Sus procesos de adaptación pueden considerarse completados. Y, a estas alturas, la conclusión es que las cifras del galés mejoran a las del brasileño.
Y eso que Bale llegó con el handicap de una pretemporada inexistente, lo que le impidió incorporarse de forma regular a los onces titulares de Ancelotti hasta, precisamente, el clásico ante el Barsa. Ese día Neymar marcó uno de sus cuatro goles en Liga. En la jornada siguiente, Bale, que se había estrenado ante el Villarreal en su primer partido de blanco, anotó dos ante el Sevilla. Suma ya siete en nueve partidos (siete de ellos como titular), mientras que “Ney” está en los cuatro ya citados pese a haber jugado más partidos (13, 11 de ellos como titular) y más minutos (984 por 631 en Liga). Las cifras anotadoras de Bale también superan a las de Neymar en Champions: dos goles en 215 minutos, mientras que el br asileño aún no se ha estrenado en 417.
Adaptación exitosa. Sin embargo, no se puede negar que la adaptación de Neymar al juego del Barsa también ha sido exitosa. Gerardo Martino le fue introduciendo en el equipo gradualmente, pero pronto se hizo con la condición de indiscutible en el ataque azulgrana. Y, si no está brillando especialmente en goles (su tanto más importante se lo hizo, precisamente, al Madrid), sí lo está haciendo en el capítulo de asistencias. Suma nueve, ocho en Liga y una en Champions. Aunque Bale, con menos minutos de juego no le anda muy lejos: lleva seis, todas ellas en Liga.
El duelo entre ambos se desarrolla, de momento, a la sombra del que mantienen desde hace varias temporadas Leo Messi y Cristiano Ronaldo, pero también arroja datos interesantes. De momento, Bale mejora las cifras de Neymar en goles y el brasileño domina en asistencias.
Y eso que Bale llegó con el handicap de una pretemporada inexistente, lo que le impidió incorporarse de forma regular a los onces titulares de Ancelotti hasta, precisamente, el clásico ante el Barsa. Ese día Neymar marcó uno de sus cuatro goles en Liga. En la jornada siguiente, Bale, que se había estrenado ante el Villarreal en su primer partido de blanco, anotó dos ante el Sevilla. Suma ya siete en nueve partidos (siete de ellos como titular), mientras que “Ney” está en los cuatro ya citados pese a haber jugado más partidos (13, 11 de ellos como titular) y más minutos (984 por 631 en Liga). Las cifras anotadoras de Bale también superan a las de Neymar en Champions: dos goles en 215 minutos, mientras que el br asileño aún no se ha estrenado en 417.
Adaptación exitosa. Sin embargo, no se puede negar que la adaptación de Neymar al juego del Barsa también ha sido exitosa. Gerardo Martino le fue introduciendo en el equipo gradualmente, pero pronto se hizo con la condición de indiscutible en el ataque azulgrana. Y, si no está brillando especialmente en goles (su tanto más importante se lo hizo, precisamente, al Madrid), sí lo está haciendo en el capítulo de asistencias. Suma nueve, ocho en Liga y una en Champions. Aunque Bale, con menos minutos de juego no le anda muy lejos: lleva seis, todas ellas en Liga.
El duelo entre ambos se desarrolla, de momento, a la sombra del que mantienen desde hace varias temporadas Leo Messi y Cristiano Ronaldo, pero también arroja datos interesantes. De momento, Bale mejora las cifras de Neymar en goles y el brasileño domina en asistencias.
domingo, 1 de diciembre de 2013
Gareth Bale, los números de un jugador franquicia
"Creo que su periodo de adaptación ha terminado. Está bien, tiene confianza y es un jugador muy importante para nosotros". Así habló el entrenador Carlo Ancelotti de Gareth Bale tras el partido que el Real Madrid ganó 4-0 al Valladolid con tres goles del galés, cuya "pretemporada" ha concluido de forma sonora tras firmar sin hacer ruido cifras de jugador franquicia.
Eso es lo que más deseaba Florentino Pérez. El presidente de la entidad madridista tuvo que sufrir mucho durante el arranque del curso, cuando su principal apuesta del verano no carburaba tras pagar entre noventa y cien millones de euros.
Esos números, según quién dé la información (Tottenham o Real Madrid), podrían convertir el traspaso de Bale como el más caro de la historia del fútbol y, por ende, meter más presión a un jugador afectado por unas lesiones inoportunas que le impidieron rendir desde que llegó al club merengue. Florentino Pérez, uno de los autores intelectuales de ese desembolso, también sudaría la gota gorda al ver las dudas que generó un jugador que brilló en la Premier League.
Sin embargo, el encuentro ante el Valladolid terminó por cerrar un debate que poco a poco se fue diluyendo tras las últimas apariciones del galés. Bale ha ido cosiendo cicatrices en forma de lesiones y poco a poco se ha adaptado al esquema de Ancelotti. Ha expulsado la presión que tenía encima con casi todos los focos pendientes por su condición de fichaje mediático del año.
El duelo con el Valladolid marca un punto de inflexión definitivo en un jugador que en pocos partidos ha logrado unos números asombrosos. En Liga suma siete dianas en nueve encuentros. En Europa ha hecho dos en cuatro. Y, además, en la competición de la regularidad ha dado seis asistencias.
Ya ha hecho los mismo goles que Mesut Özil en la primera temporada del alemán, traspasado al Arsenal en verano. Fue una de las víctimas de Bale.
El coste del galés exigía ingresos para llenar las arcas madridistas. El elegido fue Özil, uno de los mejores jugadores del mundo en su demarcación. Hubo muchas críticas por esa venta, pero en un tercio de la temporada, Bale ya ha igualado algunos de los números del año en el que se estrenó el germano.
Y, además, con su "hat trick" perfecto (marcó con la izquierda, con la derecha y de cabeza), ha conseguido algo que jugadores como Lionel Messi aún no han hecho. Otros como su compañero Cristiano Ronaldo tardaron 62 partidos en lograr el triplete perfecto. A Bale le ha costado trece duelos.
El galés crece poco a poco y en los partidos suma como una hormiga. Apenas se nota su presencia en muchos tramos de los encuentros, pero casi siempre, poco a poco, va aportando historias hasta sumar estadísticas de futbolista más que brillante.
"He marcado tres goles pero espero mejorar. Puedo hacerlo. Quiero seguir mejorando y trabajando duro en los partidos y en los entrenamientos. También aprender de los mejores, como Cristiano Ronaldo. Él es el mejor jugador del mundo y merece recibir el Balón de Oro", dijo a los medios mientras sujetaba el balón que se llevó a a casa después de firmar sus tres goles al Valladolid.
"Siempre es un placer marcar, pero más aún poder hacer un triplete en el Santiago Bernabéu. Estoy muy contento aquí.
Necesitaba tiempo para adaptarme después de no tener pretemporada, pero ya estoy mejorando. Todo lo que esperaba se ha hecho realidad", agregó.
Humilde y trabajador, Bale no quiere hacer sombra a nadie. Y menos a Cristiano Ronaldo, lesionado en los dos últimos encuentros y muy bien sustituido por el galés. Sabe que el internacional portugués es el verdadero modelo de la pasarela de Florentino Pérez por la que casi cada verano pasea un jugador llamativo.
Con el permiso de Cristiano, Bale ha conseguido buenas cifras. Números de hombre franquicia. Con permiso de Cristiano, claro. Y para regocijo de Florentino Pérez.
Eso es lo que más deseaba Florentino Pérez. El presidente de la entidad madridista tuvo que sufrir mucho durante el arranque del curso, cuando su principal apuesta del verano no carburaba tras pagar entre noventa y cien millones de euros.
Esos números, según quién dé la información (Tottenham o Real Madrid), podrían convertir el traspaso de Bale como el más caro de la historia del fútbol y, por ende, meter más presión a un jugador afectado por unas lesiones inoportunas que le impidieron rendir desde que llegó al club merengue. Florentino Pérez, uno de los autores intelectuales de ese desembolso, también sudaría la gota gorda al ver las dudas que generó un jugador que brilló en la Premier League.
Sin embargo, el encuentro ante el Valladolid terminó por cerrar un debate que poco a poco se fue diluyendo tras las últimas apariciones del galés. Bale ha ido cosiendo cicatrices en forma de lesiones y poco a poco se ha adaptado al esquema de Ancelotti. Ha expulsado la presión que tenía encima con casi todos los focos pendientes por su condición de fichaje mediático del año.
El duelo con el Valladolid marca un punto de inflexión definitivo en un jugador que en pocos partidos ha logrado unos números asombrosos. En Liga suma siete dianas en nueve encuentros. En Europa ha hecho dos en cuatro. Y, además, en la competición de la regularidad ha dado seis asistencias.
Ya ha hecho los mismo goles que Mesut Özil en la primera temporada del alemán, traspasado al Arsenal en verano. Fue una de las víctimas de Bale.
El coste del galés exigía ingresos para llenar las arcas madridistas. El elegido fue Özil, uno de los mejores jugadores del mundo en su demarcación. Hubo muchas críticas por esa venta, pero en un tercio de la temporada, Bale ya ha igualado algunos de los números del año en el que se estrenó el germano.
Y, además, con su "hat trick" perfecto (marcó con la izquierda, con la derecha y de cabeza), ha conseguido algo que jugadores como Lionel Messi aún no han hecho. Otros como su compañero Cristiano Ronaldo tardaron 62 partidos en lograr el triplete perfecto. A Bale le ha costado trece duelos.
El galés crece poco a poco y en los partidos suma como una hormiga. Apenas se nota su presencia en muchos tramos de los encuentros, pero casi siempre, poco a poco, va aportando historias hasta sumar estadísticas de futbolista más que brillante.
"He marcado tres goles pero espero mejorar. Puedo hacerlo. Quiero seguir mejorando y trabajando duro en los partidos y en los entrenamientos. También aprender de los mejores, como Cristiano Ronaldo. Él es el mejor jugador del mundo y merece recibir el Balón de Oro", dijo a los medios mientras sujetaba el balón que se llevó a a casa después de firmar sus tres goles al Valladolid.
"Siempre es un placer marcar, pero más aún poder hacer un triplete en el Santiago Bernabéu. Estoy muy contento aquí.
Necesitaba tiempo para adaptarme después de no tener pretemporada, pero ya estoy mejorando. Todo lo que esperaba se ha hecho realidad", agregó.
Humilde y trabajador, Bale no quiere hacer sombra a nadie. Y menos a Cristiano Ronaldo, lesionado en los dos últimos encuentros y muy bien sustituido por el galés. Sabe que el internacional portugués es el verdadero modelo de la pasarela de Florentino Pérez por la que casi cada verano pasea un jugador llamativo.
Con el permiso de Cristiano, Bale ha conseguido buenas cifras. Números de hombre franquicia. Con permiso de Cristiano, claro. Y para regocijo de Florentino Pérez.
¿Por qué Messi no debería ganar el balón de oro?
Lionel sufrió una sequía de gol en 2010, la misma que Ronaldinho en 2006 y Figo en 2002. Ronaldo tuvo una crisis cardíaca y Baggio falló un penal clave. El que llega con el premio a la Copa Mundial de la FIFA, sufre
El marcador de la final de la Copa del Mundo de 1994 terminó en cero y los penales decidirían quien ganaría el título. Brasil e Italia, dos íconos en mundiales, se disputaban la gloria en Los Angeles.
Esa tanda tuvo de todo. Desvios, atajadas, y por supuesto goles, que pusieron contra las cuerdas a Roberto Baggio, el Balón de Oro de 1993. Tenía que patear el quinto penal de su equipo, el décimo de la definición. Si no convertía, el título se festejaría en portugués.
Una vez que el balón pasó por arriba del travesaño, Baggio se colocó las manos en la cintura, se petrificó por un momento y se dio vuelta para mirar con dolor a sus compañeros, y a la vez, ver como los jugadores brasileños corrían por todo el campo.
La maldición del Balón de Oro es una constante a lo largo de la historia del fútbol que no entiende de cracks o grandes futbolistas. En vísperas de la próxima Copa del Mundo de Brasil, el galardón hoy va tras los pasos de Messi y su intención de ser premiado por quinta vez consecutiva. Si no es él, lo sufrirá Cristiano Ronaldo, Franck Ribéry o cualquiera de los 23 preseleccionados.
Quizás la presión de demostrar por qué se está por arriba del resto, el tener que sobresalir en cada juego, los marcajes más férreos de los rivales, o simplemente una especie de racha negativa que se extendió a lo largo del tiempo, puedan explicar el fenómeno. Jamás quien llegó como el mejor de todos, fue el campeón del mundo.
Nadie estuvo tan cerca como Baggio. Porque Ronaldo, el brasileño que se quedó con el trofeo que entrega la FIFA y France Football en 1997 y no se consagró al año siguiente, la pasó peor. La noche anterior a la final, sufrió un crisis cardíaca con desmayo y convulsión incluida.
Llegó al partido decisivo ante Francia con malestar, fiebre y todo tipo de síntomas que no coincidían con el excelente rendimiento que había mostrado a lo largo del campeonato. El máximo goleador de todos los mundiales se rehusó a no jugar el partido y Francia se consagró campeón del Mundial 1998 al golear 3-0.
Lo que siguió después es más del mismo mal que atenta contra los distinguidos. Ronaldo tuvo su revancha en 2002, fue goleador y campeón con Brasil. Pero Luis Figo, el portugués elegido Balón de Oro el año anterior a la cita que unió a Corea y Japón, no pasó de primera ronda y tampoco marcó goles con Portugal.
En 2006 le tocó el turno a Ronaldinho, balón de Oro en 2005, tras brillar en el Barcelona. Quedó eliminado con Brasil en cuartos de final, tampoco pudo convertir y sus actuaciones fueron poco convincentes en la Copa del Mundo de Alemania.
En ese torneo Lionel Messi daba sus primero pasos mundialistas, y marcó un gol ante Serbia sin ser titular en el equipo y con apariciones siempre desde el banco.
Luego de ese campeonato ganó todo con el Barça: 12 títulos locales y 8 internacionales. Se transformó en una maquina de romper y acumular récords. Fue Balón de Oro en 2008 y 2009. Marcó 118 goles en cuatro temporadas y llegó a Sudáfrica 2010 como el mejor del mundo.
Pero por más que haya sumado remates a gol, nunca concretó en tierras africanas. A pesar de ser el eje del equipo, y jugar los 450 minutos que la Selección Argentina estuvo en cancha, se fue en cero en cuartos de final ante Alemania.
La maldición conocerá su próxima víctima en la ceremonia del Balón de Oro de la FIFA que se televisará, en directo, el 13 de enero de 2014 desde el Palacio de Congresos de Zúrich. Tiemblan las estrellas.
El marcador de la final de la Copa del Mundo de 1994 terminó en cero y los penales decidirían quien ganaría el título. Brasil e Italia, dos íconos en mundiales, se disputaban la gloria en Los Angeles.
Esa tanda tuvo de todo. Desvios, atajadas, y por supuesto goles, que pusieron contra las cuerdas a Roberto Baggio, el Balón de Oro de 1993. Tenía que patear el quinto penal de su equipo, el décimo de la definición. Si no convertía, el título se festejaría en portugués.
Una vez que el balón pasó por arriba del travesaño, Baggio se colocó las manos en la cintura, se petrificó por un momento y se dio vuelta para mirar con dolor a sus compañeros, y a la vez, ver como los jugadores brasileños corrían por todo el campo.
La maldición del Balón de Oro es una constante a lo largo de la historia del fútbol que no entiende de cracks o grandes futbolistas. En vísperas de la próxima Copa del Mundo de Brasil, el galardón hoy va tras los pasos de Messi y su intención de ser premiado por quinta vez consecutiva. Si no es él, lo sufrirá Cristiano Ronaldo, Franck Ribéry o cualquiera de los 23 preseleccionados.
Quizás la presión de demostrar por qué se está por arriba del resto, el tener que sobresalir en cada juego, los marcajes más férreos de los rivales, o simplemente una especie de racha negativa que se extendió a lo largo del tiempo, puedan explicar el fenómeno. Jamás quien llegó como el mejor de todos, fue el campeón del mundo.
Nadie estuvo tan cerca como Baggio. Porque Ronaldo, el brasileño que se quedó con el trofeo que entrega la FIFA y France Football en 1997 y no se consagró al año siguiente, la pasó peor. La noche anterior a la final, sufrió un crisis cardíaca con desmayo y convulsión incluida.
Llegó al partido decisivo ante Francia con malestar, fiebre y todo tipo de síntomas que no coincidían con el excelente rendimiento que había mostrado a lo largo del campeonato. El máximo goleador de todos los mundiales se rehusó a no jugar el partido y Francia se consagró campeón del Mundial 1998 al golear 3-0.
Lo que siguió después es más del mismo mal que atenta contra los distinguidos. Ronaldo tuvo su revancha en 2002, fue goleador y campeón con Brasil. Pero Luis Figo, el portugués elegido Balón de Oro el año anterior a la cita que unió a Corea y Japón, no pasó de primera ronda y tampoco marcó goles con Portugal.
En 2006 le tocó el turno a Ronaldinho, balón de Oro en 2005, tras brillar en el Barcelona. Quedó eliminado con Brasil en cuartos de final, tampoco pudo convertir y sus actuaciones fueron poco convincentes en la Copa del Mundo de Alemania.
En ese torneo Lionel Messi daba sus primero pasos mundialistas, y marcó un gol ante Serbia sin ser titular en el equipo y con apariciones siempre desde el banco.
Luego de ese campeonato ganó todo con el Barça: 12 títulos locales y 8 internacionales. Se transformó en una maquina de romper y acumular récords. Fue Balón de Oro en 2008 y 2009. Marcó 118 goles en cuatro temporadas y llegó a Sudáfrica 2010 como el mejor del mundo.
Pero por más que haya sumado remates a gol, nunca concretó en tierras africanas. A pesar de ser el eje del equipo, y jugar los 450 minutos que la Selección Argentina estuvo en cancha, se fue en cero en cuartos de final ante Alemania.
La maldición conocerá su próxima víctima en la ceremonia del Balón de Oro de la FIFA que se televisará, en directo, el 13 de enero de 2014 desde el Palacio de Congresos de Zúrich. Tiemblan las estrellas.
Sergio Ramos molesto por la versión de que él era el `Topo´ de su equipo
Sergio Ramos asegura que su relación con Florentino Pérez es buena y que algunas diferencias personales no empañan ese sentimiento recíproco de respeto. Las divergencias entre el defensa y el presidente se centran en esa sensación generalizada y popular que nació la temporada pasada, con Mourinho al frente, de que Ramos y Casillas eran los «filtradores» de lo que sucedía en el interior del vestuario.
El sevillano quería que el máximo responsable del club les mostrara su apoyo público en este sentido. Ramos aseguraba que ni él ni Íker eran topos y deseaba que eso quedara claro. Pero esa visión externa es una realidad difícil de eliminar desde un club. La alimentó Mourinho. «Ya sabemos quien filtra», decía el luso. Y hay muchos mourinhistas eternos que siempre le creerán.
Sergio e Íker se sentían molestos por esta acusación que escuchaban por la calle. Mientras el portero no ha hablado de la cuestión, el central sí acudió al despacho del presidente para exponer su posición. Mourinho, a pesar de todo, le dio galones deportivos durante toda la temporada, aunque mantuvieran disensiones previas que limaron hablando claro.
Ahora, el fichaje de Bale y la ficha del galés ha suscitado otra diferencia. Ramos, aunque lo niegue, sí ha pedido al club un aumento de ficha, hasta los 6,5 millones anuales. Piensa que se lo merece tras nueve años de entrega en la entidad. Su enfado se produce al conocer que Bale, según su representante inglés, cobra once millones de euros. El Real Madrid afirma que gana seis. Pero la verborrea de los apoderados de Gareth han creado un problema. Ramos enjuicia que, por su trayectoria, no debe ganar menos que Bale, que acaba de llegar.
Apareció Bale
El Real Madrid ganó 4-0 al Valladolid y encontró un estilo que rozó la perfección en la primera parte del encuentro, donde el conjunto blanco abrazó definitivamente un sistema de toque, calidad, verticalidad y velocidad con una actuación perfecta de Gareth Bale, autor de tres goles y una asistencia.
Con ese estilo de control y magia borró al Valladolid del campo desde el principio. Bale abrió el marcador, ya en el minuto 33, y después Benzema. En el segundo tiempo, el galés marco por duplicado.
Mientras tanto, el Atlético de Madrid, con un gol de Koke y otro del hispanobrasileño Diego Costa, se ha llevado los puntos del Martínez Valero ante un Elche que, por lo que hizo sobre todo en la primera parte, mereció mejor suerte y que cedió ante la mayor efectividad de los de Diego Simeone.
Koke, en el 62 y tras un rechace en corto de Manu Herrera, puso por delante al Atlético de Madrid rematando un balón suelto casi en la raya de gol.
El propio Costa, en el 72, y poco después de que fuese anulado un gol a Arda Turan, haría el segundo y el decimoquinto suyo en la Liga.
Con ese estilo de control y magia borró al Valladolid del campo desde el principio. Bale abrió el marcador, ya en el minuto 33, y después Benzema. En el segundo tiempo, el galés marco por duplicado.
Mientras tanto, el Atlético de Madrid, con un gol de Koke y otro del hispanobrasileño Diego Costa, se ha llevado los puntos del Martínez Valero ante un Elche que, por lo que hizo sobre todo en la primera parte, mereció mejor suerte y que cedió ante la mayor efectividad de los de Diego Simeone.
Koke, en el 62 y tras un rechace en corto de Manu Herrera, puso por delante al Atlético de Madrid rematando un balón suelto casi en la raya de gol.
El propio Costa, en el 72, y poco después de que fuese anulado un gol a Arda Turan, haría el segundo y el decimoquinto suyo en la Liga.
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