El Barcelona no pasó del empate en Villarreal (1-1), donde sólo pudo obtener un solo punto, botín escaso para evitar su caída al tercer puesto de LaLiga Santander y la pérdida de terreno respecto al liderato del Real Madrid.
La distancia que separa la actual versión del conjunto azulgrana con la que marcó una época no hace mucho tiempo quedó en evidencia en el arranque del nuevo año. Una derrota en San Mamés en la Copa y el empate en la Liga afean el panorama del equipo de Luis Enrique.
El estreno de la nueva denominación del feudo del Villarreal, que ha dejado de llamarse El Madrigal para ser conocido a partir de ahora como el estadio de La Cerámica no tuvo vencedor. Contempló al italiano Nicola Sansone como el primero en marcar en esta situación.
Reaccionó después el Barcelona. Pero sin orden. Al amparo del talento aunque con nula organización. Fue una genialidad de Messi, en un golpe franco que superó a Asensio, el que evitó una sangría mayor para su equipo.
El 2017 devolvió la sonrisa al Celta, que terminó con la racha de tres jornadas sin ganar, con la que cerró el pasado año, a costa del nuevo Málaga (3-1). El equipo celeste avista los puestos europeos que no termina de alcanzar el Athletic, incapaz de inclinar hacia su lado el derbi vasco ante el Alavés (0-0).
Tras el encuentro en el Benito Villamarín que dio un respiro al cuadro sevillano (2-0). El equipo de Víctor Sánchez del Amo sumó su segunda victoria en los tres últimos partidos. Rubén Castro desatascó al conjunto sevillano tras el descanso. El Leganés, que acumula siete partidos sin ganar y que solo ha sumado tres de los últimos 21 puntos puestos en juego, careció de capacidad de reacción.
Las derrotas previas del Granada en el Santiago Bernabeu y del Sporting ante Las Palmas, junto al Osasuna los dueños de los puestos de descenso, alimentó la relevancia del choque en el Villamarín que terminó por dejar al conjunto andaluz más lejos de la zona de peligro y al Leganés con mucho trabajo aún por hacer.
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